DIARIO EXTRA visitó el ámbito llamado Casa Cuna en la cárcel El Buen Pastor en San Rafael Abajo de Desamparados, donde 17 privadas de libertad permanecen con sus hijos menores de tres años con quienes disfrutaron el Día de la Madre.
Estas mujeres cumplen diferentes condenas y delitos (narcotráfico, homicidio, estafa, robo agravado, secuestro, etc.). En este sector del presidio actualmente hay 13 bebés y 4 embrazadas.
Luego de una minuciosa valoración de los profesionales del Ministerio de Justicia, el niño después de los 3 años pasa a cuido de los familiares cercanos (mamá o hermana) de la reclusa o del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que lo cuidarán hasta que la madre cumpla la pena impuesta.
Las presas disfrutaron un almuerzo y varias actividades organizadas por ellas mismas y personal del centro penal con el fin de intentar que pasen un rato agradable pese a estar encerradas.
LO DICEN
Conversamos con tres de ellas, dos llevaron a sus bebés para la entrevista y una está embarazada. Se mostraron nostálgicas por tener que celebrar el día más especial sin sus familias.
Yajaira Castro Morales descuenta 15 años de prisión por narcotráfico, de los cuales lleva 3. Comentó que tener junto a ella a su bebé de 11 meses de nacida.
“Un mes después de que llegué me di cuenta que estaba embarazada, aquí me chinean, no dejan que haga nada. Es mi quinta bebé, es maravilloso volver a experimentar ser mamá, todas tienen que ver con la niña.
Celebramos el Día de la Madre con una comidita, tenemos cocina y hacemos carne y tacos para compartir con todas. Es difícil estar presa con una hija, a mí ella me ha llenado y me hace corto el proceso, me duele no estar con mis otros hijos”, manifestó.
VISITA POR TURNOS
Esta madre llora, hace una pausa y vuelve a ver hacia el piso mientras se seca el rostro.
“Un mes me visita el papá de la niña y el otro mes los otros hijos, la bebé se porta bien, tuve un control en la Carit donde nació. Cuando ella esté grande le contaré dónde nació, dónde estuvo y la razón por la que estuvo, prefiero decirle a que le digan otras personas.
En esta época es difícil no estar con la mamá y cuando hablo con ellos me recuerdan que me aman, que tengo que ser fuerte y pronto estaré ahí, todos me preguntan por el estado de la bebé, desean alzarla, me dicen que si se la pueden llevar”, recalcó.
Castro Morales, quien es vecina de San Carlos, dice que tuvo un parto natural y su deseo es sacar a sus hijos adelante con el estudio.
“Mis noches con mi bebé son bellas, me abraza, me siento una mamá afortunada, uno de los niños se le arrima y la acaricia. Es muy duro no estar en familia, poder abrazar a mi mamá y ahora no puedo, en prisión todos los días son iguales.
Me levanto a las 6 a.m., a las 6:50 las dos vamos al baño, después me voy a estudiar, estoy sacando octavo año del colegio y a las 5:30 p.m. me encierro en mi cuarto con mi bebé. Lo más tarde que me duermo es las 10 p.m., ella tiene buen dormir por dicha y empieza a gatear”, detalló.
MAMÁ EXTRANJERA
Andreina Ovalle, venezolana que fue condenada a 5 años y 9 meses por narcotráfico, disfrutará el día especial junto a su retoño de 11 meses.
“Tengo 3 años de estar en Costa Rica únicamente con mi primogénita, llevo un año y 6 meses presa, mi bebé nació un 13 de agosto, me tocó pasar el Día de la Madre en la Carit y este año en prisión.
Al principio fue muy duro, aquí todo se pasa muy rápido, en el módulo materno infantil entre todas nos ayudamos, yo no sabía bañar un bebé y Yajaira me ha ayudado todos los días, no tengo a mi mamá aquí”, recordó.
La suramericana llora al ver su condición, estar lejos de su familia en momentos que necesita de la compañía de sus seres queridos.
“A pesar de todo ha sido lindo, es como estar en casa mientras estoy en el cuarto, cuando salgo me doy cuenta que estoy presa, trato de llevar el día a día, distraerme para que el tiempo pase rápido.
Estoy en el comité de privadas de libertad, voy a folklor, en Venezuela soy administradora industrial, pero aquí no sirve de nada. Me inscribí en sexto grado para salir del módulo, trato que todo sea distinto en mi mundo porque psicológicamente afecta”, aseguró.
DURA CONFESIÓN
Ovalle dice que su papá es de Chile.
“Mis padres sufren muchísimo, me costó decirles que estaba presa, les mentí, primero les dije que me tenía Migración, después dije que estaba privada de libertad porque el papá de la bebé traía una droga en el carro.
Ellos me dieron los estudios, estaban orgulloso de mí y saben que no tengo culpa de nada, no estoy con el papá de la bebé. Dormir con ella es inexplicable. Ha sido una experiencia bonita, a lo malo se le saca algo bueno”, recalcó.
Esta reclusa dice que pudo celebrarle el cumpleaños a su hija e hicieron una comida donde compartieron todas.
“Hacemos que todas estemos felices, hicimos actividades como bingos, rifas, juegos, un canto y un rico almuerzo de filete de pollo con salsa blanca y arroz, estuvo muy rico.
Mi mamá conoce a la bebé por videollamada, es la única nieta y está como loca, es triste que no la ha podido alzar, no quiero que venga y me vea en estas condiciones”, acotó.
Ovalle agrega que el parto de su hija fue natural y en prisión le abrieron las orejitas para ponerle aretes.
“Aquí somos todas iguales, son muy lindas mis compañeras y con los niños son especiales. Cuando llegué por primera vez estaba asustada”, cerró.
DE MAESTRA A REA
La que será futura mamá prefirió revelar únicamente sus apellidos (Sanabria Abarca) y dijo que lleva varios meses presa. Está ansiosa por ser mamá.
“Tengo 7 meses de embarazo de una niña, la experiencia ha sido muy dura, luego de ser maestra durante 17 años y ahora verme aquí es difícil, les ayudo a las compañeras con tareas y trabajos para sobrellevar la condena de 65 años. Sé que no voy a durar mucho, Dios me lo ha dicho.
En las cárceles han estado inocentes, mi esposo me da apoyo al igual que mis papás, el año pasado tuve una pérdida de un varón, ahora el bebé arcoíris llegará a sobrellevar esa pérdida, es una luz en mi vida, cuando me dijeron que estaba embarazada me dio susto que le pasara lo mismo”, explicó.
Esta mujer, que luce con orgullo su pancita, dice que entre todas se ayudan, sin embargo, hace una pausa y traga grueso.
“Perder el trabajo ha sido la parte más dolorosa (salen lágrimas), trabajé con propiedad en escuela pública para el MEP, me ha dolido montones, cuesta volver tras perder la plaza.
Mi parto será por cesárea. No quise pensar en este día especial, pero estar con mi bebé es como un sentimiento positivo en mí, ella me da tranquilidad, pero me hace falta estar con mi mamá”, señaló.
Sanabria Abarca se frota el vientre y afirma que en octubre da a luz.
“Le hablo mucho a la bebé, le canto, el médico me dice que está bien, va a ser muy grande, padezco de diabetes e hipertensión, pero estoy en control, las compañeras me ponen la insulina”, concluyó.