“Señor, está temblando. ¡Qué duro!”. Así reaccionó Dolores Ávalos al escuchar un estruendo que movió violentamente su casa cuando se preparaba para dormir, sin embargo, el movimiento fue muy rápido y eso la hizo pensar que otra cosa había pasado.
Su instinto no le falló, pues segundos antes vio un destello de luz que iluminó el cielo.
Esta mujer, vecina de Charcón de Puriscal, caminó hacia la cocina de su casa y vio que todo estaba destrozado, ollas en el suelo, el fregadero lleno de ramas y un gran árbol que atravesaba desde el techo hasta el piso de ese aposento.
La causa del desastre fue un árbol del espavel, al cual le cayó un rayo, provocando que se desplomara sobre la humilde vivienda puriscaleña.
“La verdad escuché un sonido muy fuerte y pensé que estaba temblando, estaba atizando el fogón para hacerme un vaso de café, cuando me volví estaba con agua por todo lado y ramas con latas torcidas. Fue un milagro que no me pasara nada porque de casualidad no estaba en la cocina”, declaró la mujer, tomando con humor lo que le pasó.
Mientras preparaba el almuerzo y café, doña Dolores dijo a DIARIO EXTRA que la salvó la Oración a la Santa Cruz, ya que ella es muy católica.
Minutos después llegaron vecinos y sus hijos a ver qué sucedió, encontraron todo desordenado y el aguacero cayendo dentro de la casa. Pese al fuerte golpe que significa perder media casa, Ávalos barría alegremente con su inseparable delantal, mientras sus hijos reparaban el techo y aseguró que toma todo con positivismo sigue con vida.
“Mi madre está viva de milagro y eso es lo importante”, dijo Omar Ávalos, hijo mayor de doña Dolores.