Doha. (AFP) – Después de Europa, el mundo: el Liverpool buscará este sábado (11:30 a.m. hora tica) su primer entorchado planetario en la final del Mundial de Clubes, para lo que los Reds deberán superar al Flamengo brasileño, flamante campeón de la Copa Libertadores y su verdugo en la Copa Intercontinental de 1981.
Sobre el papel, con su ejército de estrellas (Mohamed Salah, Sadio Mané, Alisson Becker y el segundo en el Balón de Oro 2019, Virgil Van Dijk), el campeón de Europa parte como favorito en esta final en Doha, Catar.
El conjunto inglés quiere cerrar un año 2019 casi perfecto añadiendo a su colección un tercer título, luego de la Liga de Campeones en junio y la Supercopa de Europa en agosto.
La escuadra del norte de Inglaterra disfruta también de una amplia ventaja al frente del campeonato inglés con 10 puntos sobre el Leicester.
Pero la prioridad de Jürgen Klopp en este final de año es el Mundial de Clubes, hasta el punto de que el martes el Liverpool alineó al once titular más joven de su historia en la derrota frente al Aston Villa (5-0) en cuartos de final de la Copa de la Liga inglesa.
Klopp ya sabe que no podrá contar con dos de sus defensas centrales, Dejan Lovren y Joël Matip, ni con su centrocampista brasileño Fabinho, pero se mostró optimista en recuperar a Van Dijk.
El holandés estaba enfermo y fue baja el miércoles en la semifinal contra el Monterrey mexicano, pero sería titular este sábado.
El club del Mersey mantiene una relación difícil con la competición planetaria: dos finales perdidas en la antigua Copa Intercontinental (1981 y 1984) y una en el Mundial de Clubes, en 2005.
Esa primera final de 1981 la perdió ante un Flamengo capitaneado por el mítico Zico, mientras que en 1984 perdió frente a Independiente y en 2005, en Mundial de Clubes, cayó ante Sao Paulo.