Una iniciativa de ley impulsada por diputados de Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC) y Nueva República (NR) pretende reducir el porcentaje con que se escoge al presidente de la República.
La propuesta, que se tramita bajo el expediente 23.260, busca reformar el artículo 138 de la Constitución Política, a fin de que el presidente y los vicepresidentes de la República sean electos con un 20% del número total de sufragios válidamente emitidos.
Actualmente para que un presidente y su nómina sean electos de una vez deben alcanzar un 40% y en caso de que ningún candidato alcance dicha cifra, los dos aspirantes con mayor cantidad de votos van a una segunda ronda electoral (balotaje).
“En estos últimos comicios la presencia del abstencionismo ha venido creciendo a pasos agigantados, factor de descontento que tiene el pueblo en general con los políticos, las instituciones públicas y principalmente el pluripartidismo tan marcado que existe.
Este último ha derivado en comicios con 25 partidos inscritos luchando por la silla presidencial, haciendo aún más complicado que se llegue al porcentaje requerido de apoyo popular para dictar el ganador de la contienda política en una primera ronda”, justifica la propuesta de ley.
De acuerdo con los proponentes, variar el porcentaje del 40% constitucional al 20% tiene fundamento en la tendencia que se ha presentado desde hace 12 años (o tres elecciones), donde el mayor candidato no llega ni a un 30%.
En el caso de las elecciones de 2022 el candidato que obtuvo más apoyo llegó a un 27% (José María Figueres-PLN). En 2018 fue Fabricio Alvarado (Restauración Nacional 24,91%), mientras que en 2014 fue Luis Guillermo Solís (PAC-30,95%).
Por otra parte, la propuesta asegura que reducir el porcentaje “ayudaría a las finanzas del Estado”.
“Al modificar el Artículo 138 de la Constitución Política de Costa Rica, que indica que se necesita un 40% del apoyo del electorado del total de sufragios válidamente emitidos por un apoyo de mayoría simple, contribuiría primeramente al ahorro de recursos que ascienden a más de ¢3.000 millones, que sería el costo promedio de una segunda ronda; y segundo, el poder proyectar esos recursos en otro tipo de proyectos, llámese vivienda, otorgamiento de becas y un sinnúmero de programas e inversiones que se verían beneficiadas por ese rubro, que ya no tendría una asignación específica dentro del presupuesto del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE)”, añaden.
ABSTENCIONISMO
Para las últimas elecciones el TSE reportó que en la segunda ronda electoral se registró el segundo abstencionismo más importante de la historia: en total, el 42,67% del padrón electoral. En el caso de la primera ronda se registró el abstencionismo más alto de la historia de nuestro país: en total, el 40,65% del padrón electoral no salió a votar.