Según establece la Ley de Conservación de la Vida Silvestre
Quien infrinja la Ley N° 7.317, de Conservación de la Vida Silvestre, podría pasar al menos tres años en la cárcel, según lo estipula dicha legislación, en la que se incluyen a los cocodrilos como una población reducida.
Tal como lo señala el artículo 93, quien cace fauna silvestre o destruya sus nidos, sin autorización del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, será sancionado de la siguiente forma:
“a) Con pena de prisión de uno a tres años y el comiso del equipo utilizado y de los animales que constituyen el producto de la infracción, cuando la conducta se realice en perjuicio de animales silvestres declarados en peligro de extinción o con poblaciones reducidas, en cualquier parte del territorio nacional”.
DIARIO EXTRA conversó con Walter Brenes, abogado litigante, especialista en vida silvestre, quien destacó que la promoción de actividades ilícitas que inducen a la caza de estos reptiles es innecesaria y reafirmó que no existe sobrepoblación.
“Los cocodrilos como tal le pertenecen al Estado y es el Estado el encargado de atender todas estas problemáticas que se han venido dando durante los últimos años. Para nadie es desconocido que efectivamente Costa Rica es el país a nivel mundial con la mayor cantidad de porcentaje de animales silvestres por kilómetro cuadrado”, indicó.
Además, recordó, que, gracias a lo mencionado anteriormente, el territorio nacional cuenta con un 6% de biodiversidad, el más grande en todo el mundo, lo que implica que ocurran algunas interacciones.
“En este caso se trata o se ha dicho que hemos tenido interacciones negativas con cocodrilos. Durante los meses de agosto y octubre que es la época de reproducción, los especímenes más grandes, de alguna forma u otra, son los que se están apareando en las zonas un poco más escondidas y los especímenes más pequeños están siendo desplazados durante estos meses”, explicó.
Estos reptiles son los que van directamente hacia las costas o los ríos, con poblaciones que están en crecimiento, lo que, según Brenes, ha dado una impresión equivocada, pues debido a esto se piensa que existe sobrepoblación.
“Por ejemplo, en el río Tempisque, que es el lugar donde se ha documentado la existencia de la mayor cantidad de presencia de cocodrilo americano no se reportan incidentes, sin embargo, poblaciones que son menores, como en Corcovado, los datos no reflejan que haya una superpoblación”, detalló.
Este rotativo también conversó con Mauricio Méndez, director técnico del Área de Conservación Tempisque, quien explicó que la cantidad de ataques fatales por estos animales al año en Costa Rica es cada vez menor.
“Menos de una persona muere cada año por esta especie en promedio. Hay años en que hemos tenido dos o tres que han muerto por esta causa y hay años en los que no muere ninguna y por supuesto cada fallecimiento de una persona es algo grave”, expresó.
De igual manera, se refirió a los comentarios en redes sociales, los cuales indican que existe abundante población de estos reptiles.
“Las investigaciones científicas y los datos tomados en campo cuando hemos ido a contarlos en los ríos más grandes, donde los hemos marcado y capturado, nos dicen que la cantidad de cocodrilos adultos, es decir, de tres metros en adelante, es bastante baja en comparación con la población total”, añadió.
Lo mencionado por Méndez revela un indicador positivo en términos de la estructura de población, porque según los adultos son los controladores biológicos de los más jóvenes.
SOBRE LA CAZA
A través de redes sociales, varias páginas han estado incitando a realizar cacería ilegal de estos reptiles, como una supuesta solución ante la presencia notoria que se ha registrado en los últimos días.
El litigante agregó que Costa Rica no tiene una cultura de caza y la promoción de acciones sobre esta se da porque no ha existido un plan de manejo de la especie global.
“Las personas empiezan a decir: ‘tenemos que salir a cazar cocodrilos’ y eso es una forma de visualizarlo, porque vinculan actos ocurridos en otros países, sin embargo, el costarricense como tal no ha desarrollado esta cultura, es decir, las personas como tal no tienen la cultura de tramitar estos permisos”, añadió.
Por otro lado, recordó que el país no permite la exportación directamente, ni la comercialización de reptiles, debido a los tratados firmados.
“Qué sentido tendría si no tenemos la cultura, la legislación lo impide y no hay cómo comercializar un producto como el cocodrilo americano. De salir a cazarlos, eso no solo genera que sea inviable a nivel científico, cultural y también de comercialización, porque este ya no tiene un mercado tan marcado como lo tenía en los ochenta”, detalló.
Cabe destacar que la Ley N° 7.317, en su artículo 1, indica que tiene como finalidad establecer las regulaciones sobre la vida silvestre, la cual está conformada por el conjunto de organismos que viven en condiciones naturales, temporales o permanentes en el país, además, el territorio continental, insular, en el mar territorial, las aguas interiores, la zona económica exclusiva y las aguas jurisdiccionales, que no requieren el cuidado del ser humano para su supervivencia.
• Mauricio Méndez
Director técnico del Área de Conservación Tempisque
“Seguramente algunos pensarán que hay muchos cocodrilos y por eso hay que cazarlos. Pues, las investigaciones científicas y datos tomados en campo (…) dicen que la cantidad de cocodrilos adultos, es decir, de tres metros en adelante, es bastante baja en comparación con la población total”.
• Walter Brenes
Abogado litigante,especialista en vida silvestre
“Los cocodrilos como tal le pertenecen al Estado y es el Estado el encargado de atender todas estas problemáticas que se han venido dando durante los últimos años”.