2023 rompe todos los récords de crimen en las últimas décadas, sin que hasta hoy haya una política clara de combate a las organizaciones delictivas.
Llegó la época navideña y probablemente la compra de los regalos, los tamales, las reuniones familiares, los paseos, las fiestas de fin y principio de año, los toros, el arbolito y el pasito se apoderarán de nosotros.
Sin embargo, que la magia de este conglomerado de emociones no nos ciegue y, por el contrario, seamos críticos de todo lo que ha sucedido en 2023 y los días que faltan para culminar el año en cuanto a la ola de violencia.
Definitivamente no ha sido el año que podríamos esperar una disminución del crimen, en especial por la gran cantidad de fallecidos que, según las autoridades judiciales, alcanzó a mitad de semana los 834 homicidios.
2023 rompe todos los récords de crimen en las últimas décadas, sin que hasta hoy haya una política clara de combate a las organizaciones delictivas.
Así las cosas, los comparativos odiosos, pero que nos ponen los pies sobre la tierra, nos dicen que en 2022 alcanzamos los 587 decesos contra los 834 de este año; es decir, una diferencia de 247.
De todo esto podemos señalar además que un total de 31 víctimas este año eran menores de 17 años, contra 15 en 2022.
Igualmente, las cifras no se movieron para los mayores de edad, pues 348 homicidios este año corresponden a personas que tenían hasta 29 años, contra 218 en 2022 que superaban los 18 años.
En el rango de edad de 30 a 39 años hubo un total de 234 homicidios en 2023 y 171 en 2022.
Entre los 40 y 49 años este año alcanzamos los 135 homicidios y en 2022 se contabilizaron 92. De los 50 a los 64 años fallecieron 45 personas en 2023 y 60 en 2022.
Mientras que en adultos mayores, es decir, quienes superan los 65 años, murieron al menos 26 este año y 15 en 2022.
Un dato que tampoco debe pasar inadvertido son los números por provincias. Limón y San José lideran el ranking con un total de 205 homicidios durante este año.
En orden descendente encontramos a Puntarenas con 130 decesos en lo que va del año, Alajuela alcanza los 94, Guanacaste los 91, Cartago los 65 y Heredia los 44, misma cifra de 2022.
Pero si a todo esto sumamos los móviles de los crímenes, los ajustes de cuentas o venganzas llegaron a un total de 547 este año contra los 370 del anterior.
En el segundo lugar están las discusiones o las riñas, que alcanzaron los 107 decesos en 2023. Por la comisión de otros delitos las cifras señalan un total de 74 homicidios.
Otros móviles no determinados reportan 69 decesos, en tanto violencia doméstica, repeliendo la actividad criminal, profesional y sexual, los datos arrojan 23, 7, 4 y 3 muertes, respectivamente.
Por último, a todas estas estadísticas que nos recuerdan por qué hay que poner las barbas en remojo ahora que faltan 13 días para el cierre de 2023, repasemos las armas con que el crimen organizado cometió estos homicidios.
En primer lugar, las de fuego son las preferidas por los criminales para perpetrar su cometido con 681 y 80 blancas.
Por todo lo anterior, ¿qué va a pasar? ¿Qué podemos esperar? 2023 quedará como el año de más muertes en la historia costarricense y las autoridades ni siquiera pueden contrarrestar la ola de homicidios.
Sin estrategias para combatir el crimen, que Dios nos agarre confesados.