ANTECEDENTE: Yo, Fabio Cubillo Blanco, soy un adulto mayor, llegando a los 75 años de edad, jubilado desde hace unos 13 años. Al irse acercando la fecha de jubilarme, me hice el propósito de llegar a esa etapa sin deudas y con lo que pudiera ahorrar, a fin de brindarme (y a mi familia) la mayor tranquilidad financiera posible, ya de cara a la vejez y futura ancianidad. Y lo conseguí. Desde 1986 me había asociado a Coopeservidores (CS), que siempre visualicé como una institución sólida, seria, competente, con un excelente servicio. Conocía el consejo financiero de no poner todos los huevos en una sola canasta, pero, en mi confianza en CS, no tuve reparo alguno para invertir allí ahorros y prestaciones, en certificados a plazo, cuyos intereses me permitieron complementar la pensión, para atender las necesidades familiares directas y, sin pretender parecer filantrópico, brindar ayuda a otros familiares y amigos, con problemas económicos y necesidades reales y urgentes. Durante los últimos 13 años disfrutamos esa tranquilidad financiera, una verdadera burbuja de bendiciones.
COLAPSO. Y la burbuja reventó, sin aviso alguno, el martes 14 de mayo pasado, cuando a la hora del desayuno, junto con mi esposa, leemos en el periódico la noticia de la intervención a CS, del hallazgo de graves debilidades financiero-administrativas, de la retención de inversiones y, en días siguientes, de una cartera crediticia irresponsablemente administrada, con muchos préstamos no recuperados, con un gran endeudamiento con otros entes, con suministro de información falsa a la Sugef y, en resumen, de una pésima gestión gerencial, al punto de que ya el Gerente ha sido removido por el Interventor. Ello, contrariando los informes publicados por CS, en 2022 y 2023, con reportes de los distintos Comités, según los que la situación financiera era pura miel sobre hojuelas.
PREGUNTAS. Un experto en la materia comentó en días pasados que las entidades financieras ligadas a la Sugef deben reportarle datos financieros de su gestión, que para esa entidad reguladora se convierten en indicadores de la buena o mala salud de la institución respectiva y que la Sugef publica en su página oficial. Sí aclaró que un análisis de esos indicadores requiere de conocimientos en la materia, es decir, que los legos no podemos hacer tales análisis. La pregunta que me hago es, si los expertos dentro de CS, caso de la Auditoría Interna, no vieron esos indicadores, lo que definitivamente tampoco hizo la cúpula administrativa, adormecida por los jugosos salarios que (se notició) devengaban, los más altos del sector. De hecho, hace unos días me llegó un chat señalando que, dentro de las Cooperativas en Costa Rica, hay tres cuyos gerentes ganan más de ¢30 millones de colones al mes. ¿Será cierto? ¿Y funcionarios de nivel medio, nadie vio nada? ¿Y la Sugef? ¿Y el Infocoop? ¿Cumplieron con los controles a que la ley les obliga, a tiempo, con diligencia oportuna? Desde mi punto de vista, pareciera que no. En todo este panorama sombrío, aclaro que anímicamente yo estoy tranquilo, con fe en que la Divina Providencia iluminará al Interventor en el hallazgo de mecanismos que nos aseguren, a asociados e inversionistas, la recuperación de nuestro patrimonio.
*Socio CS