Dra. Carolina Marín
Representante Colegio de Profesionales en Nutrición
Cuando hablamos de cuidar nuestra salud, no podemos olvidar que nuestro objetivo debe estar enfocado, siempre, en un cuerpo sano y una mente sana. Lamentablemente, en la actualidad existen diversas tendencias que están promoviendo la obsesión por la imagen corporal, sin medir las consecuencias que esto puede ocasionar en nuestra salud física y mental.
Existen muchos contenidos peligrosos que están distribuyéndose en redes sociales, para promover una fijación constante sobre el físico de las personas y la implementación de hábitos poco saludables.
Estas informaciones son especialmente más riesgosas en poblaciones como los niños y los adolescentes, con quienes se debe tener mucho más cuidado y atención.
La obsesión por lo que como y por una actividad física desmedida están provocando que nuestra salud mental y estabilidad emocional se vean seriamente afectadas.
En tiempos como los que vivimos, muchas veces se olvida que mantener un equilibrio entre la mente y el cuerpo es fundamental para tener una buena calidad de vida.
Estamos frente a un bombardeo constante de informaciones relacionadas con la imagen corporal y que promueven la búsqueda de la “figura perfecta”, olvidando que un cuerpo sano no es necesariamente un cuerpo delgado.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, desde el Colegio de Profesionales en Nutrición queremos hacer un llamado a todas las personas, para que no permitan que las presiones sociales actuales les hagan caer en excesos.
Recordemos que nada en exceso es bueno y que pensar demasiado en comer bien o en realizar actividad física excesiva termina afectando nuestra salud física y mental, lo que, a su vez, se traduce en poca calidad de vida.
Pero, en medio de tantos estándares y estigmas sociales que nos saturan de informaciones falsas y tendenciosas, ¿cómo encontrar el equilibrio? Esta es quizá una de las grandes preguntas que nos hacemos constantemente, y estoy convencida de que la clave para encontrar ese balance es poner como prioridad nuestra salud física y mental, en todo momento.
Esto nos permitirá tomar las mejores decisiones, para prevenir no solo la aparición de enfermedades crónicas derivadas de malos hábitos de alimentación, sino también la llegada de padecimientos como la ansiedad, depresión, entre otros.
Es cierto que el estrés diario y la acelerada rutina que muchas veces llevamos no nos permiten enfocarnos en darle un respiro a nuestro cuerpo y en cuidarlo como se lo merece. Pero es claro también que, si no hacemos un alto y empezamos a pensar más en nuestra salud integral, tarde o temprano los efectos de hábitos poco saludables nos pasarán la factura.
Por esta razón, hoy queremos invitar a todas las personas a ocuparse en sentirse bien y en evitar excesos que solo nos limitan. ¿Cómo hacerlo? Podemos empezar por implementar mejores hábitos de sueño, una actividad física moderada y hábitos de alimentación balanceados. También, meditando diariamente, para relajar nuestra mente y bajar los niveles de cortisol generados por el estrés diario.
También, es importante que veamos menos televisión y redes sociales, y en cambio leamos un libro o realicemos alguna actividad lúdica de nuestro interés.
Recordemos que la clave está buscar el equilibrio, en cuidarnos de forma razonable y en evitar las obsesiones, porque en exceso, hasta lo bueno se convierte en malo.