Educar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) sobre la importancia de la formalización, generar cultura de legalización y romper las trabas de requisitos gubernamentales son solo algunas de las tareas pendientes que tiene el país para poner en regla a estas empresas.
Para ello, el presidente de la Cámara Costarricense de Pymes, Rafael Saurez asegura que a nivel mundial se necesitan entre tres y cinco años para que una empresa de este tipo pueda formalizar su negocio.
“Todos empezamos siendo informales, pero el problema es aquellos que deciden quedarse allí y no entienden que para poder dar el salto en su negocio el camino es poder regularizarse”, acotó el representante gremial.
Saurez comenta para que una persona pueda pagar su planilla, impuestos, seguros no solo sociales sino de riesgos laborales, patentes, permisos de salud, se necesita que las ganancias puedan cubrir todos esos rubros y eso no ocurre el primer día de existencia de la empresa.
No obstante, el vocero de la Cámara considera que para poder tener acceso a los mercados y conseguir financiamiento, el único camino es la formalización. “Por ejemplo, yo que vengo del sector alimentario, quién va a comprar una bebida en una botella que no tiene etiqueta ni tiene permisos sanitarios”, indicó.
CUELLOS DE BOTELLA LIMITAN CRECIMIENTO
De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo, 820.000 costarricenses o, lo que es lo mismo, el 38,4% de la fuerza de trabajo del país, se encuentra en la informalidad.
Una estrategia para acabar con este problema sería mejorar las condiciones para que estas personas puedan emprender. Sin embargo, en el país persisten obstáculos para que se puedan desarrollar negocios. A estos se les conoce como cuellos de botella.
Saurez considera que: “aunque yo no estoy de acuerdo con todo lo que hace el Gobierno, reconozco que el Ministerio de Economía, Industria y Comercio hace un buen esfuerzo para acabar con esos cuellos de botella. Esto lo hacen por medio del programa Le Dejamos Trabajar”.
El dirigente piensa que existe una serie de requisitos que han sido impuestos, donde los empresarios tienen que pagar para hacer mediciones sin sentido.
COSAS POR RESOLVER
Para el representante de las pymes: “Lo principal es homogeneizar la cancha en lo que pagan los empleados públicos a la Caja Costarricense de Seguro Social y lo que paga el sector empresarial, eso es lo primero. Hay una desproporción, pagamos muchísimo más por un empleado los del sector privado que lo que supuestamente paga por uno el sector público”.
En segundo lugar, plantea que es necesario reformar el Régimen de Tributación Directa Simplificado. Afirma que debería ampliarse este régimen, para que más tipos de negocios puedan participar. Este sistema de tributación hace que los participantes puedan tributar no por lo que venden sino por las compras que realizan. Para ello, se necesita, entre otros requisitos, que el negocio tenga menos de cinco trabajadores. No obstante, la crítica que Saurez realiza se debe a que en ellos se incluyen empresas alimentarias, minoristas, peluquerías, artesanos, pequeños productores agrícolas entre otros.
Sin embargo, quedan por fuera profesionales liberales y algunos que venden servicios novedosos, donde hoy hay muchas mipymes que se están dedicando a este tipo de mercados.