Crecí dentro de una familia de hueso colorado, mi abuelita nos contaba de las innumerables bondades del Dr. Calderón Guardia y mi padre estuvo en la guerra del 48. Sin embargo, cuando llegué a la UCR, la tradición se volvió convicción, me quedé en ese entonces estupefacto al conocer del socialismo y del comunismo, ya que mi padre, que empezó como un vendedor de empanadas a sus 7 años, terminó siendo una persona que, con solo quinto grado y a base de esfuerzo propio, logró convertirse en un hombre de negocios al cual le agradezco haberme dado ese ejemplo y el satisfacer mis necesidades de estudio.
Desde niño fui guía de Unificación Nacional y luego seguí trabajando para el crecimiento de la Unidad Socialcristiana. Fue por medio del ámbito universitario como tuve el honor de conocer a los dos grandes líderes, don Rafael Ángel Calderón Fournier y don Miguel Ángel Rodríguez. Me correspondió en los 80, por contacto de don Víctor Morales Mora (actual diputado), crear un movimiento socialcristiano universitario que enfrentara a los universitarios liberacionistas. Comenzamos a trabajar en el 84 y al segundo año ganamos la FEUCR, don Paul Rueda, actual magistrado, recordará muy bien ese momento, quedó como presidente del ente estudiantil.
Siempre he trabajado en proselitismo y organización territorial, lamentablemente los socialcristianos no hemos aprovechado adecuadamente los escasos recursos propios para darle sustentabilidad al montón de acciones y beneficios que se han dado a nuestra patria, bastaría con nombrar solo cuatro para identificar esas obras: la UCR, la CCSS, el bono de vivienda gratuito y la ley de Protección al Trabajador.
Este domingo 7 de febrero, el PUSC decidió no acoger ninguna propuesta de coalición con miras a las elecciones dentro de un año. Ese solo acto desconoce su historia, así como los norteamericanos son un país de inmigrantes, el PUSC es un partido nacido a la luz de una Coalición. Dicen que el “agradecido es bien nacido”.
En los últimos 20 años, los socialcristianos hemos pasado desde una persecución insolente hacia nuestros líderes, la división en dos banderas partidarias hasta el arribo de un grupito con intereses muy propios, que hizo en su momento renunciar al Dr. Hernández hasta convertirse hoy día en un club interesado en reciclar nombres para diputados.
Esos son los ánimos de ese grupito que juega a los dados para calcular cuántos padres de la patria obtendrán en la próxima elección. De antemano les informo que sin coalición no hay paraíso, no han logrado entender que es por medio del Poder Ejecutivo que se ha logrado transformar ideas y sueños en realidades para los costarricenses, y eso es lo que se pretende con la acción política, ¿o no?
He conversado con muchos socialcristianos de base, como lo he sido yo, para sopesar el futuro de nuestro país y la preocupación es la misma que también usted está pensando, solo un ciego no vería que nuevamente existe una esperanza y la misma ha de plasmarse por la misma forma por la que nació el PUSC: una coalición.
Tengo el derecho comprobado de exigirles que retomen la senda socialcristiana por el bien común para que se abran las puertas del diálogo con otros partidos, ustedes serán los responsables históricos de haber renunciado a su legado y tengan seguro que hay muchos que, como dice un señor sindicalista en sus artículos, les pasarán la factura, hecho que en el fondo daña a la organización y no a ustedes, pasajeros temporales.