Puntarenas. – A partir de este lunes, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, gabinete y diputados viajarán al cantón de Puntarenas.
Más allá de los actos protocolarios y discursos, la provincia de Puntarenas recibirá a los políticos con bajos índices de desarrollo cantonal y desigualdad en materia de género.
Lo anterior sin contar la crisis que enfrenta en materia de seguridad, empleo y reactivación económica.
¢10 MIL POR DÍA
“A duras penas se saca lo del combustible. En un día bueno sacamos unos ¢10 mil o ¢20 mil. La necesidad de las familias es demasiado grande y, diay, estamos a la mano de Dios”, relató Maudy Quirós.
Empieza a subir la marea y esta vecina de barrio El Carmen asegura que salen al mar por testarudez. Otros compañeros de faena les tiran piedras a los pelicanos y lamentan no haber pescado ni un solo ejemplar.
Puntarenas es uno de los cantones más desiguales a nivel nacional. De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D), La Perla del Pacífico ocupa la posición 65 entre 84 cantones.
El mismo estudio señala que Puntarenas no sale bien parado en pobreza mutidimensional; es decir, en indicadores como rezago educativo, oportunidades, falta de vivienda, protección social a primera infancia y adultos mayores sin pensión, entre otros.
“Aquí no hay santo en qué persignarse. La cosa está horrible. Teníamos la esperanza de que algo cambiara, pero qué va. Todas las noches faenamos y salimos sin nada.
¿Sabe que nos duele? Allá arriba, en San José, el kilo de pescado se vende a ¢10 mil o ¢15 mil, pero aquí nos lo compran muy por debajo del precio: ¢4 mil o ¢5 mil. ¡Ni para el costo!”, dijo la pescadora.
Quirós aseguró que están sobreviviendo con lo que vaya saliendo e incluso tienen que pedirse víveres prestados entre vecinos: alguno da el azúcar, otro pone el café y el de enfrente cambia pescado chatarrita por manteca.
“Muchos ya han dejado de pescar, algunos ya vendieron sus pangas, sus redes y sus hijos no siguen en esto. ¿Usted cree que un muchacho se va a meter a esto viendo que su tata lleva ¢5 mil?”, agregó.
El lente de DIARIO EXTRA captó cómo dos pescadores capturaron un pequeño tiburón martillo. Sin miramientos le cortaron las aletas y se fue junto a otros productos del mar a la canasta que posteriormente sería trasladada a una pescadería cercana.
MOLUSQUEROS
Puntarenas es uno de los cantones con menor progreso social cantonal.
Con una mano atrás y otra adelante, la mayoría “se la juegan” sin recursos, con aguas que no ayudan y con el abandono de las instituciones de Gobierno.
Si a los pescadores les va mal, a los molusqueros les va peor. El manglar “ya no da como antes” y, al igual que a sus colegas, les pagan muy por debajo del precio.
“¿Usted ha probado un ceviche de esos levantamuertos que dicen? ¿Usted sabe cuánto tengo que estar yo dentro del barro para sacar algo? Unas cuatro o cinco horas.
Me expongo a palos, a que me pique una tembladera (mantarraya), se lo comen a uno las purrujas, los zancudos”, relató Juan Carlos Quesada Muñoz, vecino de La Islita, a este medio.
En el mercado les compran las pianguas, almejas, chuchecas, cambutes y otros moluscos a ¢700 el kilo. En San José se venden a ¢7 mil o más.
RUMOR A VOCES
La desesperación apremia y muchos, en lugar de capturar productos del mar, son arrastrados por el narcotráfico y el sicariato.
Algunos ya empezaron a vender marihuana y cocaína con un justificante: llevar comida a sus familias. El crimen organizado encalló en La Perla del Pacífico y la guerra de bandas es pan diario.
Todos lo saben, todos lo rumoran. Las rutas son conocidas por el estero, pero nadie se atreve a decirlo frente a un micrófono.
Para 2022 en La Perla del Pacífico se registraron 1.204 delitos como asaltos, hurtos, robos, tacha de personas, casas, vehículos o edificaciones. Además hubo 44 homicidios dolosos.
Igualmente, ese año se registraron 14 violaciones o tentativas de violaciones.
“Yo le hablo, pero no me ponga en fotos. No ve que me pueden joder. Por la necesidad hay gente a la que le dicen: ¿Usted me puede llevar esto? Uno con deudas, sin plata y le ofrecen eso… Diay, mi hermano, uno se ve tentado.
A veces da susto tirarse al mar porque entra gente de otro lado y uno sabe en lo que andan, pero diay, ¿qué va a hacer uno? Uno anda en cosas buenas”, afirmó.
El paso de droga es común, asegura, e incluso muchos pescadores han sido golpeados y les quitan mercadería o las pangas.
“¿Y Guardacostas? Ahí sí no hace nada, pero a uno anda viéndolo si anda con los permisos que da Incopesca”, reclamó el hombre. (Ver nota adjunta)
La turbulencia es mucha en Puntarenas. El ánimo anda de capa caída, el pesimismo flota y hay muchos reproches, principalmente por una economía estancada, alto desempleo y falta de oportunidades.