Los pulperos, que regularmente les salvan la tanda a más de uno al tener disponible la mayoría de productos básicos, ahora no solo se dedicarán a vender lo que les pidan sino que también puede ser que les soliciten a sus clientes baterías que ya no sirven y desecharán.
Si eso pasa, no se extrañe, la idea es parte de una campaña ambiental que hará que las pilas se reutilicen y se conviertan en una materia prima en Bélgica, en donde se procesan para sacarles provecho a los materiales.
La iniciativa nació como una inquietud de cómo darle utilidad a una herramienta que tras cumplir su vida útil se convierte en un alto contaminante al no recibir un tratamiento adecuado. Para los pulperos esta es una gran oportunidad de darle una mano al ambiente, pues son conscientes de los daños que pueden producir las baterías si no se manejan en forma adecuada.
Actualmente un 30% de las pilas que hay en el mercado son hechas con materiales tóxicos, por lo cual para reducir el riesgo que producen el proyecto es una gran vitrina.
“Cuando las pilas no se disponen adecuadamente pierden la cubierta y se vierte su contenido. Estos metales y varios de sus compuestos son bastante insolubles, por lo que se correría el riesgo de que queden relativamente inmovilizados en tierra o depositados en el fondo de ríos y lagos”, dijo Jerry Garita, gerente de Sistemas Corporativos de Panasonic.