Los comercios detallistas dedicados a la comercialización de abarrotes estarían dispuestos a venderles productos alimenticios a las instituciones públicas para generar empleo y reactivar la economía.
Para Gerardo Araya, presidente de la Cámara Nacional de Comerciantes Detallistas y Afines (Canacodea), permitir que minisupers, abastecedores y pulperías puedan comercializar sus productos con las instituciones del Estado ayudaría a reactivar estos negocios que han sido castigados por la pandemia.
En Costa Rica existen cerca de 9.600 pequeñas y medianas empresas que venden productos de canasta básica, entre ellas hay pulperías, abastecedores, minisupers y supermercados independientes, de acuerdo con datos de Fundes proporcionados por Canacodea.
“Las ventas sí han bajado. La mayoría de nuestros negocios son familiares, hay unos poquitos más grandes y tienen empleados, los que tenían colaboradores han tenido que eliminarlos y seguir trabajando prácticamente con la familia”, afirmó Araya.
Producto de la crisis sanitaria cerca del 6% de los negocios detallistas de abarrotes cerró durante el último año, lo cual provocó la pérdida 1.750 empleos, según estimaciones de la Cámara.
“Si yo tengo dos empleados y tengo que alistar pedidos todas las semanas para un colegio, necesito otra persona más que me ayude para no fallar. Entonces ahí voy a necesitar más personal”, agregó.
Los comercios detallistas que comercializan abarrotes generan cerca de 20.000 empleos directos.
El obstáculo que ven para acceder a este mercado es el Consejo Nacional de Producción (CNP), pues aseguran limita la competencia y causa que las instituciones públicas paguen sobreprecios (por productos que en ocasiones son de mala calidad) al no poder elegir al proveedor más competitivo.
Consideran que abrir el monopolio y permitir que otros actores económicos compitan junto al CNP ayudaría a reactivar la economía en momentos en que la tasa de desempleo es del 18,1% (434.201 personas sin trabajo), según cifras de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) del segundo trimestre de 2021.
Araya también explicó que como las instituciones estatales compran mayor volumen, los negocios de abarrotes podrían ser fuente de empleo para tener capacidad de abastecer a las entidades.