El puente sobre el río Virilla, mejor conocido como “puente Saprissa”, ha servido de trampolín a la muerte para que tres hombres que decidieron saltar al más allá en lo que llevamos de este mes.
Adrián Corrales León, de 26 años y vecino de El Carmen, Goicoechea, fue la última víctima que aparentemente decidió acabar con su vida cuando terminó este domingo su jornada de trabajo como salonero en el Hotel Sheraton, en Escazú.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA en su edición de ayer, el joven terminó sus obligaciones laborales, agarró su motocicleta Honda VF750 placas 310953 y cuando llegó al puente, minutos antes de las 6 p.m., se bajó, vio hacia el vacío y minutos después se mandó.
Pese a los inconvenientes que enfrentaron los rescatistas, como la oscuridad de la noche, el fuerte viento y el aguacero que caía en Tibás ene se momento, rastrearon durante dos horas las márgenes del contaminado río, sin embargo fue imposible dar con Corrales.
No fue hasta este lunes a las 6 a.m. cuando reiniciaron la búsqueda y tres horas más tarde dieron con el cadáver del salonero, que estaba boca abajo en el río, luego de recorrer al menos 50 metros.
Sergio Flores, cruzrojista, manifestó que la labor de extracción se complicó por diversos factores.
“Se suspendió y volvimos a reanudar la búsqueda debido a la lluvia y la poca visibilidad que había, cuando se ubicó el cadáver empezamos el descenso vertical. Por varias horas se trabajó con equipo especial y una vez en el fondo se aseguró el cuerpo y se subió donde lo esperaban los del OIJ”, explicó.
EMERGENCIAS MILLONARIAS
Datos de la Cruz Roja revelan que cada vez que extraen un cuerpo del fondo del río, lo que se ha vuelto habitual, los gastos son millonarios.
En este caso se utilizaron cuatro unidades de Soporte Avanzado de la Cruz Roja, lo que tiene un costo de ¢55 mil por hora cada una, para un total de ¢2,2 millones por las 10 horas que trabajaron.
Además se debe agregar que los paramédicos que toquen la contaminada agua del río deben permanecer fuera de servicio durante el tiempo que duren desinfectándose, bañándose, cambiándose de uniforme y limpiando el equipo utilizado. Otra de las versiones que quieren descartar los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sobre el caso de Corrales es si alguna persona lo lanzó o si habría resbalado y caído accidentalmente.