Cuando se habla de la dependencia a determinadas sustancias es frecuente no considerar los fármacos que, usados desproporcionadamente, pueden causar un proceso adictivo importante y difícil de controlar, entre ellos, se encuentran los utilizados para reducir la ansiedad (ansiolíticos) o para inducir el sueño (hipnóticos), como las benzodiazepinas.
Como solución para evitar malestares se recurre a la medicación, pero si dicho uso no se hace bajo control y, además, no se contempla un tratamiento psicológico adicional o alternativo para afrontar la causa del problema se corre el riesgo de caer en esta dependencia.
La adicción a los psicofármacos, también llamada silenciosa, afecta tres niveles: el fisiológico, ya que el cuerpo pide más dosis; el cognitivo, debido a que el pensamiento se centra en conseguir o consumir las pastillas y el conductual, porque algunos realizan acciones que nunca harían si no se vieran afectados.
Los síntomas para identificar un uso abusivo de estas sustancias son: el aislamiento, los cambios de actitud o humor, abandono de actividades habituales, pérdida o deterioro de las relaciones sociales y problemas en el trabajo.
ADICCIÓN A LOS OPIOIDES
La adicción a los opioides recetados puede tratarse además con medicamentos, entre ellos la buprenorfina, la metadona y la naltrexona, los cuales pueden evitar que afecten el cerebro o pueden aliviar los síntomas de abstinencia y el deseo intenso de consumir la droga, ayudando así al paciente a evitar las recaídas.
Los medicamentos para el tratamiento de la adicción a los opioides a menudo se administran en combinación con apoyo psicosocial o tratamientos conductuales, lo que se conoce como tratamiento con asistencia de medicamentos, los cuáles reducen los síntomas físicos de la abstinencia.
DIARIO EXTRA conversó con Carlos Pérez, psiquiatra, quien explicó a detalle el tema del uso de los opioides o psicotrópicos y cómo el mal uso de los mismos podría provocar adicciones en algunas personas.
Para el especialista es muy importante aclarar que el uso de los denominados psicotrópicos no son el fuerte de los pacientes con enfermedades mentales.
“En su mayoría, quienes los usan tienen problemas para dormir y quizás algún médico se los manda para usar de manera corta, para ajustar la situación. Lamentablemente hay dos muy usadas, como la lorazepam y la clonazepam”, explicó.
USO DE MEDICAMENTOS SIN NECESIDAD
De acuerdo con el médico, hay pacientes que llevan usándolos durante más de 40 años, por lo que cree que algunos no tienen ninguna enfermedad mental y lo que han creado ha sido una dependencia a estos medicamentos.
“El uso de estas sustancias afecta la memoria en personas que realmente no tienen un cuadro demencial, lo que eventualmente puede llevar a tomar más medicamento y también la familia se molesta por los abusos”, indicó.
Por otra parte, destaca que cuando hay una prescripción médica y si se combina con los antidepresivos que son específicamente para tratar la raíz del problema, eso sí actúa de forma eficiente.
PELIGROSIDAD
El Periódico del Pueblo habló con Luisa Oviedo, médico general del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), quien aseguró que estos psicotrópicos se usan para la ansiedad y el tema del sueño, en algunas ocasiones, pero son fármacos que tienen un cuidado y pueden generar dependencia.
“La recomendación internacional es que se use no más de tres meses. Habrá pacientes que necesiten que el uso sea más prolongado, pero siempre bajo la supervisión de un médico”, puntualizó.
Oviedo es clara en que se puede generar una dependencia con estos fármacos, donde se necesitará cada vez más y más, además, de que hay pacientes que aumentan la dosis sin una recomendación clara de un médico.
“Es un tema de cuidado, donde se tiene que ser muy responsable con el tratamiento. No es satanizar el psicotrópico, es utilizarlo con responsabilidad y siempre bajo la indicación médica”, finalizó.
Luisa Oviedo
Médico general del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia.
“La recomendación internacional es que se use no más de tres meses. Habrá pacientes que necesiten que el uso sea más prolongado, pero siempre bajo la supervisión de un médico”.