Parte I
Los migrantes que vienen de Sudamérica y se dirigen hacia Estados Unidos, la mayoría provenientes de Venezuela, ya no pasan en bus la mayor parte del trayecto entre Panamá y Paso Canoas, como pretendía el Gobierno, sino que atraviesan la frontera a pie, tal como lo hacían a inicios de año.
Esto se debe a los múltiples cierres de vías en el vecino país en contra de la ley minera, de acuerdo con dos venezolanos que lograron llegar a San José y con quienes conversó DIARIO EXTRA.
Según indican los migrantes, las manifestaciones bloquean el paso en los principales puentes de la carretera Interamericana en Panamá, por lo que el traslado directo de los 30 autobuses que acordaron entre los gobiernos panameño y costarricense en octubre es imposible.
Ahora los buses no llegan siquiera a Ciudad de Panamá, por eso los grandes grupos de migrantes que salen del Tapón del Darién, de entre 100 y 150 personas, deben segregarse y reiniciar su viaje por separado, intercalando trasbordos en taxis y pequeñas busetas con el camino a pie.
“(Los taxis) nos llevan unos kilómetros y nos dejan donde topan con la tranca (el bloqueo) y así vamos pasando”, contó uno de los migrantes a El Periódico del Pueblo.
Así cruzan los migrantes el territorio panameño, atravesando al menos siete grandes bloqueos en los que los viajes en medio les salen entre $2 y $5 por persona, esto sumado a los $40 que les cobran por salir del puesto de atención a las afueras del Darién.
Debido al alto precio, lo que les queda a muchos de quienes viajan de esta manera es enviar en vehículo a quienes más lo necesitan, priorizando a los adultos mayores, las mujeres y los niños, mientras que los hombres jóvenes siguen a pie hasta encontrarse nuevamente en el camino.
POR LA FRONTERA
Esto hace que el plan del Gobierno de Costa Rica para eliminar el ingreso de migrantes a pie a suelo nacional (y así su permanencia en el territorio) tope con obstáculo, ya que no existe forma de limitar su paso por la frontera, por donde cruzan sin mayor dificultad.
Una vez en el lado tico les llegan rumores a los migrantes sobre las condiciones en el Centro de Atención Temporal para Personas Migrantes (Catem), ubicado 5 kilómetros al norte de Paso Canoas.
Según contaron los venezolanos en San José, amigos y familiares que ya pasaron por ese lugar les dicen que en el Catem la situación es incómoda y frustrante para quienes ahí son ingresados, lo que se agrava porque las autoridades no los dejan salir del centro si no es el autobús que va directo a la frontera con Nicaragua.
La estrategia planteada por Zapote era que los buses que vienen de Panamá dejaran a quienes migran en el Catem y aquellos que tengan los $40 que cuesta el pasaje individual (antes eran $35) sigan hacia el norte.
Sin embargo, sin bus directo se cae el plan y así muchos de los que llegan al paso fronterizo esquivan el albergue de migrantes, que aun así está desbordado.
De acuerdo con información extraoficial, a pesar de que el centro está diseñado para atender a 250 migrantes, durante las últimas semanas ha albergado entre 700 y 1.000.
“En la frontera hay unos buses para ir hasta el Catem, pero por la experiencia que vivimos lo evadimos porque, bueno, unos amigos que sí están ahí nos dicen que no pueden salir hasta reunir los $40”, relató uno de los sudamericanos.
Esto ha ocasionado que el refugio del que no pueden salir se vuelva sumamente difícil para quienes ahí habitan.
De acuerdo con los venezolanos que conversaron con El Periódico de Más Venta en Costa Rica, la única forma que tienen los migrantes de salir es si reciben dinero a través de remesas.
En el Catem hay ventanillas para la recepción de dinero desde el extranjero, sin embargo, solo les dejan recibir mínimo $500 con una comisión del 20%. Ese monto es difícil de conseguir para sus familiares, por lo que para muchos la espera en el Catem es de semanas.
Mañana continuará la segunda parte del reportaje sobre migrantes.