El té de hierbabuena es una de las bebidas más utilizadas para calmar las molestias digestivas y varios tipos de dolores.
En la medicina tradicional es un conocido remedio digestivo, pues su ingesta se asocia al alivio de las náuseas, la indigestión, la acidez y la hinchazón abdominal, sumado a esto, se le atribuyen otros interesantes beneficios.
Tal y como lo expone una revisión compartida en Journal of Ethnopharmacology, la planta y sus extractos tienen potencial antimicrobiano, hepatoprotector, antioxidante y antiinflamatorio.
Si bien no es un tratamiento de primera elección contra las enfermedades, su ingesta resulta útil a la hora de calmar algunos síntomas, entre sus principales usos se encuentra la salud digestiva contribuye a mejorar la digestión y a reducir síntomas como las náuseas, los vómitos y los gases.
Uno de sus principales compuestos, carvona, se ha vinculado a estos efectos. De acuerdo con un estudio compartido en Fitoterapia, esta sustancia inhibe las contracciones musculares del tracto digestivo y, por tanto, ejerce un efecto antiespasmódico.
Otras investigaciones exponen que la planta tiene cualidades antiparasitarias, antimicrobianas y antiinflamatorias, que también coadyuvan a la prevención de trastornos gastrointestinales.
El consumo de antioxidantes desempeña un papel relevante en la prevención del daño celular causado por los radicales libres, a su vez, esto se relaciona con la prevención de las enfermedades crónicas y del envejecimiento prematuro.
Sustancias contenidas en el té de hierbabuena, como el ácido carnósico o el ácido rosmarínico, se vinculan a efectos beneficiosos sobre el aprendizaje y la memoria.
El té de hierbabuena es una bebida apta para las personas con diabetes. Si bien se requieren más estudios sobre sus propiedades, por ahora las evidencias apuntan a que favorece el control de los niveles altos de azúcar en sangre.