Este domingo, el empuje frío #3 comenzará a influir en el territorio costarricense, según informó el Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
Este fenómeno genera un incremento en la presión atmosférica y, con ello, un aumento en la intensidad de los vientos y lluvias en distintas regiones del país.
Condiciones previstas
- Pacífico Norte, Valle Central y Cordilleras: ráfagas de viento entre 30 y 65 km/h, alcanzando entre 70 y 90 km/h en las montañas y el norte de Guanacaste.
- Caribe y Zona Norte: nubosidad variable con lluvias y acumulados entre 40 y 80 mm en periodos de 6 horas. Las áreas más afectadas hasta ahora incluyen Canta Gallo, con 110 mm acumulados, y Sarapiquí, con 54 mm en las últimas tres horas.
- Pacífico: nubosidad parcial con posibles chubascos aislados en las zonas central y sur durante la tarde.
El IMN advirtió que este fenómeno se prolongará hasta mediados de la semana, con un incremento progresivo de las lluvias en el Caribe y la Zona Norte, así como un fortalecimiento de los vientos en el norte y centro del país.
“La influencia del empuje frío #3 se prolongará hacia la próxima semana. Se estima un incremento progresivo de las lluvias en la región del Caribe y la Zona Norte desde hoy domingo al miércoles; así como también en la intensidad de los vientos en el Norte y Centro del territorio nacional”, indicó la institución.
Advertencias y recomendaciones
- Saturación de suelos: Especial atención en zonas montañosas del Caribe, Zona Norte y Pacífico Sur, donde las cuencas presentan niveles de saturación entre 85% y 95%, aumentando la vulnerabilidad a deslizamientos e inundaciones.
Debido a lo anterior, el IMN recomienda:
- Precaución por saturación de alcantarillado en lugares propensos a este tipo de inundaciones, así como por el aumento de caudal en ríos y quebradas.
- Prevención por ráfagas de viento y su posible afectación de techos, cableado eléctrico, rótulos, árboles; así como en las partes montañosas del país y Guanacaste (parques nacionales, volcanes).
- Precaución en la navegación aérea ante el aumento de la turbulencia, así como en la navegación marítima por aumento de mar picado, especialmente en el Pacífico Norte, Golfo de Nicoya y norte del Pacífico Central.
- Evitar quemas de todo tipo, ya que se pueden salir de control.