Ahora los(-as) candidatos(-as), incluso varios(-as) que ya pasaron por Zapote, tienen la solución para arreglar, en cuatro años, problemas que han perdurado por décadas.
Algunos(-as) hasta “se bañan con aceite” para repeler cualquier expresión popular durante su recorrido a la caza de votos por una elección megapartidista, en febrero próximo.
Persuadir en comunicación política es la clave para ganar el sufragio, en el que ya no pesan tanto los discursos de las desaparecidas plazas públicas, sino los gestos, movimientos, mirada, forma de expresarse, claridad y convicción, que posicionan en su comunicación no verbal, la imagen y credibilidad del candidato.
Escuchar de manera firme ofrecimiento de más puestos de salud, vivienda y empleo, devuelven la esperanza de los votantes emocionados por lo que les dicen al oído, sobre lo que quieren escuchar.
Antes esas lluvias de promesas, con un buen manejo del qué, encienden la pasión del elector al resurgir la espera de que ahora sí llegó el que necesitábamos para la solución de los problemas. Sin embargo, casi nadie se pregunta en el cómo lo realizarán.
En un país sociodesigual, con sus motores económicos aún fríos, con chispas de arranque, me pregunto cómo ofrecer Ebais, con una Caja Costarricense de Seguro Social volcada presupuestariamente en el Covid-19 o ya asignado a futuras infraestructura de servicios de salud.
O cómo decir que fomentarán la producción en pequeños y medianos agricultores, si la banca pública tiene cerrado el crédito a los trabajadores por manchas en sus expedientes o hablar del manoseado Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), con el chorro de trámites que piden sus operadores financieros para soltar esos recursos.
Es harto conocido que nadie quiere decirles a los banqueros cómo dar esos créditos diferenciados a los tradicionales. Los dineros del SBD están empantanados sin llegar a su destino, pero todos acuden a esa “medallita milagrosa” como medio de sembrar ilusiones en el votante.
En seguridad ciudadana seguimos mal. La Fortuna de Bagaces espera ansiosa este sábado, el cumplimento de la llegada de patrulla y de nuevos efectivos asignados al puesto policial, tras vivir una serie de episodios delictivos perturbadores a la comunidad.
Entre los candidatos poco se habla de este flagelo negativo en las poblaciones rurales, que, para ser escuchadas como el caso de La Fortuna, debieron recurrir a diputados(-as), como Aida Montiel o Welmer Ramos, quienes solicitaron la intervención del ministro de Seguridad Michael Soto, que cumplió con atender el caso.
Ahora solo queda hacer efectivos los acuerdos de la reunión sostenida el pasado martes, entre los vecinos de La Fortuna y el enviado ministerial, José Álvarez González, subdirector de la Fuerza Pública en Guanacaste, quien será el encargado de rendir cuentas al ministro Soto, sobre lo acordado y ejecutado, en ese encuentro con representantes de dicha comunidad.
Salud, vivienda, empleo y seguridad, cuatro factores básicos de atención inmediata en el cómo y no en el qué, pregonados hasta por ciertos candidatos en su trajín diario por conseguir votos.
Las pensiones de lujo, otro de los hilos desiguales en una sociedad a la que le siguen hablando de promesas al oído. Esperemos sentados, primero recortarán los regímenes no contributivo y del IVM, antes que meterle tijeras a esos desembolsos millonarios de unos cuantos privilegiados.