Parte II
MIGRACIÓN. “Me llaman inmigrante para insultarme, como si querer sobrevivir fuera un insulto” (Un migrante). Se da cuando la persona “se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, [emigrante] ya sea dentro de su país o a través de una frontera internacional de manera temporal o permanente, y por diversas razones”.
Un fenómeno social complejo y global, una crisis humanitaria en la que miles de vidas humanas se pierden al buscarse mejores condiciones de vida humana y oportunidades económicas. Éxodo masivo de seres humanos que abandonan sus países de origen, por razones socioeconómicas, políticas, guerras, familiares, fenómenos naturales, en cuyo viaje sufren riesgos de enfermedad, de perder sus vidas o la de seres queridos que los acompañan, abusos sexuales, discriminación, xenofobia, explotaciones; además, en los países-destino no siempre son bien recibidos.
En nuestro país, en los últimos años, se ha visto un notorio incremento del paso de migrantes que buscan el “sueño americano”, sufriendo desgracias, adversidades y necesidades básicas, al no recibir, siempre, la mano solidaria y misericordiosa de gobiernos y habitantes centroamericanos, y hemos tenido migraciones temporales, para trabajar, mayoritariamente, en tareas agropecuarias y de construcción. Una parte de ellos pasa a ser inmigrantes al establecerse en nuestro país. Inmigración considerada positiva por contribuir al desarrollo del país en que se establecen: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Australia, son buenos ejemplos. También, la tenemos en Costa Rica.
“La migración no es un placer, sino una necesidad ineludible, entonces es un derecho”, Beato, Juan Bautista S.
MENOS AGUA POTABLE. Tomar agua nos da vida, pero tomar conciencia nos dará agua. Estudios del Banco Mundial indican que “el 96;5% de la masa hídrica existente es salada, el 3,5% es dulce” y, de esta cantidad, la mayoría es hielo en los polos y glaciares, otra parte menor se encuentra bajo tierra y solo una pequeña cantidad del total disponible es para consumo humano, cantidad que, lamentablemente, se reduce, cada año, por contaminación. A pesar de que el agua pertenece a todos, no todos se benefician por ser un recurso escaso y limitado en un mundo desigual, siendo el acceso al agua potable un Derecho Humano. Cerca de 2.000 millones de habitantes del mundo no tienen acceso a este recurso vital; inclusive, un tanto similar carece de instalaciones básicas seguras para lavarse las manos.
Hay pueblos que además de no tener servicios seguros de agua potable en sus casas, ni fuentes comunitarias de este precioso líquido, tienen que servirse de pozos o de aguas de ríos contaminados. Toda una tragedia humana que afecta la salud de esos millones de seres humanos vulnerables, pobres, al no contar con este fundamental derecho humano; así como la producción agropecuaria, la prosperidad socioeconómica de los pueblos, pues la falta de agua afecta todos los aspectos del desarrollo de los países.
Mundialmente, encontramos factores humanos y naturales causantes de este grave problema con severas implicaciones vitales: deforestación masiva, falta de lluvias o variaciones en el patrón de lluvias (cambio climático), sequías extremas y prolongadas, pozos secos, desperdicio humano incontrolado, falta de planificación, de optimización de su uso y de previsión por parte de los gobernantes: almacenamiento, regenerarla para usos no humanos y la desalinización.
Nuestro país, rico en recursos hídricos, lastimosamente, viene sufriendo desabastecimiento y contaminación del agua potable no solo en zonas rurales, sino también en zonas urbanas; así lo están viviendo finqueros y agricultores, lo mismo que numerosas familias en varios cantones josefinos: desafío para AyA, municipalidades y asadas.
Si el agua potable es indispensable para la vida, la salud y el desarrollo, si es un Derecho Humano, entonces, ahorremos hoy el agua de mañana.