El presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias Sánchez, le dio buena nota al primer año de los diputados en Cuesta de Moras.
Asimismo, aseguró que los consensos fueron vitales para avanzar en proyectos vitales para el país, sin embargo, se vienen retos para esta segunda administración en el Primer Poder de la República.
Este es un extracto de la entrevista que brindó Arias a DIARIO EXTRA.
¿Qué balance da a este primer año legislativo?
-Cuando yo decidí venir a la Asamblea Legislativa, tenía claro que quería hacer lo que siempre he hecho: construir acuerdos, forjar entendimientos y sobre todo, crear un clima apropiado para trabajar, en este caso, con las diferentes fracciones del Congreso. Cada bancada representa pensamientos ideológicos de los costarricenses y, a partir de allí, empezamos a trabajar. Así, me siento satisfecho en este primer año porque hemos hecho acuerdos importantes para el país apelando a coincidencias para sacar todo de la mejor forma posible. Se creó un ambiente productivo. Los problemas del país son tan grandes y profundos que, si no se tiene un clima apropiado para discutir soluciones, difícilmente vamos a poder aprobarlos. Yo no quisiera tener un Congreso incendiado en llamas y que no se pueda trabajar por el país. Ha sido un periodo muy provechoso
¿Cuál considera usted que fue el proyecto más importante que se aprobó durante esta primera legislatura? ¿Fue eurobonos?
-Probablemente fue el proyecto más complejo y que dividió a la Asamblea Legislativa. Desde junio que se anunció y hasta su aprobación casi en diciembre, generó más tensión y polarización en el Congreso. Se dejó de ver como lo que era, que el Poder Ejecutivo necesitaba financiar su déficit intentando colocar títulos en el mercado internacional. Sin embargo, se vio como una cosa de blanco y negro. Más de una vez, yo escuché al Ministro de Hacienda, Nogui Acosta, decir: o $6.000 millones o nada. Algunas fracciones decían $1.500 millones o cero. Hubo puntos medios: $3.000 millones o nada… En fin, estábamos en una polarización donde, al final, tuve que intervenir activamente para encontrar acuerdos. Al final, se llegó a $6.000 millones en eurobonos. Afortunadamente para la democracia costarricense, se lograron esos consensos. Esos acuerdos enviaron un mensaje a los mercados internacionales de que Costa Rica quería avanzar en materia de solvencia fiscal.
¿Qué otro proyecto destaca en su legislatura?
-Quizás los presupuestos extraordinarios. Son muy importantes para el país. Hay legislación que se nos quedó, pero esperemos avanzar en ella cuando sea convocada por el Ejecutivo en extraordinarias
Don Rodrigo, usted decía que la Asamblea ha sido muy productiva y que se han logrado importantes acuerdos, sin embargo, el último estudio de Ciep-UCR es contundente: el 81% de las personas consultadas ni siquiera se saben los nombres de los legisladores y más del 50% reprueba la gestión del Congreso ¿Qué valoraciones le merece?
-La Asamblea Legislativa no siempre es valorada de buena manera. Algún sector de la población puede creer que los diputados no trabajan o pierden tiempo, sin embargo, no es así. Otros podrían pensar que no se aprueban leyes que el país necesita, pero lo que es cierto, es que yo soy quien puede dar más fe de que el trabajo es muy intenso. Ciertamente, no somos una fábrica de leyes y nada hacemos con decir: “vamos a sacar 300 o 400 leyes” ¡Yo creo que eso no es lo importante! Pero también hay que decir algo: no todo se arregla con leyes. La Asamblea Legislativa aprueba lo que, en gran parte, el Poder Ejecutivo le pide aprobar. A partir de mayo, arranca un periodo de sesiones extraordinarias donde Casa Presidencial manejará la agenda. En el periodo ordinario se han aprobado iniciativas muy buenas. Algunas, se han atrasado por el trámite de legalidad: comisiones, consultas ante Sala Constitucional, mociones, dictámenes (…) La reglamentación interna hace que las cosas duren un poco más de lo regular, pero así es nuestro sistema y debemos acatarlos a cabalidad. Toda toma tiempo, pero espero que, en esta nueva legislatura, podamos aprobar proyectos de peso para el país. Estamos interesados en entrarle de lleno a los problemas que agobian.
¿Y cómo valora el papel de las comisiones? Hay una que ha estado en el ojo público durante este año, la de Financiamiento de Partidos Políticos. Aún faltan muchas audiencias, sin embargo, mucha población afirma que no va a llegar a nada. Incluso, otros la tachan como un circo político.
-Cada comisión tiene su finalidad y deben llegar a buen puerto. Algunas duran un poco más de tiempo en avanzar debido a los temas densos que analizan: la de Reforma del Estado, la de Hacendarios, Ingreso y Gasto Público, Educación, Energía (…) No dudo que vayan en la dirección correcta y espero que puedan hacer legislación más eficiente en los distintos temas país. En cuanto a la de Financiamiento de Partidos, es una comisión especial con carácter muy político que debe investigar a profundidad si las agrupaciones obtuvieron recursos que se alejaran de la legalidad. Eso ciertamente toca fibras importantes y crea morbo, incluso, exaltación. Al final, más allá de eso, deberá rendirse un informe muy serio y responsable principalmente para dilucidar lo que corresponda.
Sin embargo, la ciudadanía acusa “comisionitis” en Cuesta de Moras y que, en ocasiones, se analizan casos que están judicializados. Muchas personas sienten eso como una pérdida de tiempo.
-En ocasiones así es, y diay, en ocasiones, se analizan cosas que ya están en manos del Ministerio Público, pero es parte del control político que se puede hacer desde las comisiones o el Plenario. Yo creo que, en el fondo, tenemos que hacer la Asamblea Legislativa mucho más eficiente. Hay muchas comisiones, un Plenario saturado de informes, un montón de proyectos haciendo fila. Entonces, yo esperaría, si puedo mantenerme en el cargo de presidente de la Asamblea Legislativa, impulsar una reforma al reglamento para reducir las horas en el Plenario y darles más espacio a las horas en comisiones, de manera que podamos ir avanzando. Por otra parte, nos interesa fortalecer las comisiones Plenas para que trabajen de forma más ágil.
En caso de ser electo nuevamente como presidente del Congreso, ¿qué otro proyecto está interesado en impulsar desde su despacho?
-Deseo avanzar en materia de seguridad. Desde hace semanas, hemos venido impulsando un diálogo con los distintos miembros de los poderes del Estado para poder avanzar en la construcción de propuestas en dicho tema. De esos espacios, surgieron cinco o seis proyectos de ley y yo espero que sobre eso podamos trabajar arduamente. La seguridad y justicia debe estar en el primer lugar de la agenda nacional. Tenemos que ir por proyectos que combatan la corrupción y el narcotráfico (…) Hay otros proyectos presentados por el Ejecutivo y apenas están en trámite. Esperaremos si el Gobierno los envía en el periodo de sesiones extraordinarias. Otro gran problema que tenemos es el desempleo y el país urge reactivación económica, así como nuevas fuentes laborales. Solo así, podremos reducir los índices de pobreza que tenemos. Además, debemos trabajar arduamente en materia educativa. Además, nos interesa el avance de un proyecto para pensión básica universal. Es un derecho constitucional para toda la ciudadanía. Lo más triste es llegar a la vejez en pobreza.
Hay uno de los proyectos que ha generado distintas opiniones, el de extradición de costarricenses. ¿Qué opina al respecto?
-Hay distintas posiciones y habrá que estudiarlo a profundidad. Existen abogados constitucionalistas que dicen que no es posible. Habrá que forjar consensos sobre qué es lo prioritario. Tenemos que sacar algo e ir adelante. Yo he reflexionado, es que nosotros debemos darle importancia a todo lo que está pasando y prestar oído a lo que nos sugieren los jerarcas de las instituciones responsables. Si cada uno por su lado se pone a analizar cuál proyecto es el que debe ser, quizás no lleguemos a ninguno, porque hay muchos criterios. Lo que debemos hacer es trabajar en lo que nos digan los responsables de la seguridad de este país para poder combatir el fenómeno criminal de forma directa.
Usted menciona recurrentemente las palabras consenso y diálogo. Sin embargo, no se han logrado suficientes con Casa Presidencial. Los roces han sido constantes entre Zapote y Cuesta de Moras. De cara a un segundo año, ¿cómo se vislumbran las relaciones? ¿Podría haber más asperezas?
-Cada uno debe tener claro su rol. Al Ejecutivo le corresponde la administración de la cosa pública y al Legislativo le toca la creación y reforma de leyes, así como el control político. Sabemos que, en ocasiones, el control político no gustará a Zapote, pero es necesario. ¡Es parte de la democracia!
¿Considera que las sesiones extraordinarias serán mucho más provechosas? Hace un año, no había una agenda clara y, además, había una curva de aprendizaje por parte de los diputados, lo cual repercutió en el avance de proyectos.
-Al menos habrá proyectos que se podrán conocer.
¿Cómo ha sido la relación con Natalia Díaz, ministra de la presidencia?
-Con doña Natalia yo tengo una muy buena relación. Conversamos casi todas las semanas, discutimos muchos proyectos de la agenda que ellos van a mandar. Ella me ha dicho que el Gobierno tiene interés de convocar el proyecto de jornadas 4-3 y algunos relacionados con temas de seguridad, específicamente el de reforma sobre crimen organizado. En fin, la política es difícil y siempre cuesta encontrar prioridades. Esperemos que sea en conjunto.
¿Qué retos tendrá el Congreso de cara al arranque del segundo año legislativo?
-Son inmensos. Nos enfrentamos a un año donde la pobreza y desempleo ha aumentado. Tenemos que preocuparnos por generar fuentes de trabajo y desarrollo para el país.