Carlos Alvarado, presidente de la República, volvió a insistir en plena romería en la necesidad de una reforma fiscal.
Alvarado, quien participó en la misa oficial de la celebración de la Virgen de los Ángeles en Cartago, conversó con la prensa también sobre la urgencia de un presupuesto extraordinario de ¢600 mil millones.
Los recursos serán destinados al pago de intereses de la deuda.
El Mandatario dijo que, precisamente, una reforma fiscal como la que pretende el Ejecutivo colaboraría para que el Gobierno no tenga que estarse endeudando más.
Las declaraciones del Presidente sobre el gasto público y los ingresos del Gobierno coincidieron con el discurso de la Iglesia Católica, ofrecido por Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada.
En la homilía, la Iglesia llamó a acabar con el uso irracional del gasto público, las pensiones de lujo, incentivos y pluses completamente fuera de base, ante la crisis fiscal que vive el país.
También se refirió a la necesidad de una reforma fiscal, pero que sea equitativa, en donde los que más tienen paguen más y los que tienen menos paguen menos.