Que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) asuma la conclusión del Proyecto Hidroeléctrico Capulín y este forme parte de la red de plantas propiedad del Instituto es una de las propuestas que Hidrotárcoles le presentó a la empresa estatal en noviembre de 2022.
“Nosotros no somos una asociación filantrópica, pero si no se hace algo, todo el dinero invertido y todo el esfuerzo literalmente se lo llevará el río”, afirma José Joaquín Chacón, representante legal de Hidrotárcoles S.A.
Mientras lo construido se deteriora, el futuro de esa hidroeléctrica continúa entrabado en un juzgado a cientos de kilómetros. Pero el problema principal no es la distancia, sino más bien el tiempo.
Cada día que pasa se acerca el momento en que el daño sea irreparable y la inversión irrecuperable.
PLAN INICIAL
La propuesta original cuando se desarrolló el Proyecto Hidroeléctrico Capulín consistía en que Hidrotárcoles construyera y administrara la central de energía por 10 años, vendiéndole la energía al ICE. Al finalizar ese plazo, el ICE tomaba posesión de la planta.
Pensando en esto, Hidrotárcoles presentó tanto al Banco Nacional como al ICE un Plan de Reactivación de la Construcción de la Central Hidroeléctrica Capulín.
ADELANTAR LA
ENTREGA AL ICE
Hidrotárcoles propone que el ICE asuma la conclusión del proyecto. Esto, según la empresa, permitiría al Banco Nacional recuperar la inversión de $124 millones, al ICE contar con una planta propia que reduzca la factura de compra de energía a particulares y reduciría la cantidad de energía producida con combustibles fósiles que se usa en el país.
Pero se presentan varios inconvenientes para desarrollar esta propuesta. El primero y más importante es que existe un proceso judicial donde las tres partes (Hidrotárcoles, Banco Nacional e ICE) se encuentran peleando por su dinero.
Esto se puede resolver si se nombrara un arbitraje extrajudicial, luego lo resuelto se puede ratificar por medio de un laudo.
Otro tema importante a observar es resolver los costos de recuperar la obra. Habría que analizar si las estimaciones de la empresa son correctas y si no se puede convertir en un problema más grande al incrementar los gastos del ICE.
ESTADO DE LAS OBRAS
Según la empresa desarrolladora, “al tratarse de obras masivas, el deterioro de las mismas por el paso del tiempo hasta el momento es completamente normal y reparable en todos los casos”, señala en el plan de reactivación.
Según Hidrotárcoles, los principales daños de la obra se producen por el desprendimiento de la parte superior del túnel de agua. Otro daño importante es la pérdida de un segmento del dique del cuarto de máquinas, que fue lavado por el río.
La presa, afirma Hidrotárcoles, se halla en buen estado, no obstante, hay temas por recuperar.
La empresa reconoce que el refuerzo de acero de la base de los pilares y la malla de acero presentan oxidación, pero esto no ha afectado la integridad de la obra.
En el bloque 5 de la represa parte de las varillas de refuerzo están dobladas por efecto del agua.
También en los bloques 5, 6 y 7 el concreto de las gradas de la represa no está en condiciones para la adherencia de concretos convencionales, por lo cual hay que trabajar en ellos.
Además hay que revisar la galera de la presa para observar si existen problemas en esta.
En el tema de taludes Hidrotárcoles afirma que se encuentran básicamente en las mismas condiciones que estaban a la hora de paralizar la obra, sin embargo, sí hay una socavación en el canal de desvío de la represa.
OTRAS PROPUESTAS
Tres de las otras propuestas planteadas por la compañía se enfocan en el otorgamiento a Hidrotárcoles de un contrato de compra de electricidad.
Estas tres propuestas se diferencian en que una es mantener el contrato original, mediante el cual en 10 años el ICE tomaría posesión de la central energética.
Otra propuesta mantendría en propiedad de la planta a Hidrotárcoles y el ICE le compraría la energía.
Por su parte, la tercera es un contrato en el cual el Proyecto Hidroeléctrico Capulín suministraría energía de enero a mayo al ICE, periodo en el cual la escasez de agua provoca necesidad de comprar electricidad a plantas térmicas.
Finalmente, Hidrotárcoles propone una alianza público-privada que termine y administre la obra. En esa alianza el ICE tendría un papel central.
COSTO DE LA
REACTIVACIÓN
Concluir este proyecto no es una cuestión barata. Solo en costos directos de la obra, quien lo termine requerirá $166 millones.
Entre los principales costos de construcción se encuentran $20 millones, sin contar obras de la presa que consumirían $57 millones, construir la casa de máquinas tiene un costo de $22 millones, más el equipamiento.
Hasta el momento se han invertido $124 millones, de los cuales $103,5 son fondos de origen público del Banco Nacional de Costa Rica.
PROCESO
JUDICIALIZADO
En la actualidad el proyecto no solo está paralizado, sino que se discute en un proceso en el Tribunal Contencioso Administrativo.
Esta causa pretende dirimir si la resolución contractual fue a derecho. Sin embargo, el Tribunal todavía está lejos de resolver el asunto.
Hidrotárcoles afirma que acudió a la vía judicial ante lo que califica como una actitud “arbitraria del Consejo Superior del ICE” al resolver el contrato.
A pesar de lo anterior, los desarrolladores del proyecto aseguran que “la empresa sigue la vía judicial, pero a la vez ha venido planteando al ICE y al BNCR la opción de buscar y encontrar una solución alternativa al conflicto”.
“En Costa Rica la utilización de una vía judicial no excluye la posibilidad de un arreglo para solucionar un conflicto”, concluyó Chacón.
Para solicitar ese arreglo extrajudicial Hidrotárcoles ha planteado una serie de comunicaciones tanto al Banco como al ICE. No obstante, indica que no ha recibido respuesta sobre si desean considerar esa posibilidad.