A pocos días del desorden vivido en la finca El Aguacate, donde al menos 400 personas se enfrentaron con autoridades judiciales por el desalojo del terreno que era utilizado por los precaristas y agricultores para sobrevivir, los lugareños tomaron otro terreno alquilado para acampar a 1 kilómetro de la zona.
Los campesinos alegan que en ningún momento violentaron alguna ley sobre propiedad privada, pues el terreno llevaba más de diez años de no estar siendo trabajado por los supuestos dueños.
DIARIO EXTRA tuvo la oportunidad de hablar con los encargados de llevar a cabo un plan para resolver estos conflictos, de los que no se pretende renunciar hasta no tener un terreno digno.
“Nosotros no vamos a parar, queremos que todo esto sea legal. No es justo que cientos de personas que lo único que hacen es trabajar duro sean despojados de sus casas por alguien que ni siquiera se ha dignado en ir a revisar el terreno en más de 8 años”, indicó Carlos Coronado, dirigente del Movimiento de la Reforma Agraria.
Procesos como el de este lunes ya habían sido observados en enero del año 2012, cuando a través de un documento se procedió a echar a las mismas personas que fueron desalojadas a inicios de semana.
Sin embargo, los liberianos se apegan a un criterio legal en el que que se evidencia que de las 800 hectáreas de la finca El Aguacate, tan sólo 69 están inscritas con el nombre de los presuntos propietarios.
Por otra parte, Carlos Coronado agregó que recibió un llamado de parte del ministro Gustavo Alvarado, solicitando su presencia con el fin de una reunión entre las partes.
Sumado a todo el desorden por el proceso legal realizado el pasado lunes, los campesinos desalojados mostraron sus dudas ante la supuesta intervención que tuvo un ganadero identificado como de apellido Arias, quien en cuestión de pocos años pasó de ser empleado de la Cámara de Ganaderos a tener en su poder varios terrenos y diferentes organizaciones privadas.
Ante esta molestia, el tipo habló a este medio y recalcó que no tiene ninguna relación con los propietarios de la finca, y que tan sólo alquiló una parte de las hectáreas para guardar un poco de su ganado.
“Yo he trabajado por lo que poseo, y no tengo nada que ver con los procesos de desalojo, ahora mi ganado está en otro lugar. Ahora, todo lo que tengo me lo he ganado con trabajo y por vender terrenos que tenía”, detalló.
En las próximas horas los precaristas estarán regresando a la finca, con el fin de luchar por lo que ellos aseguran se ganaron por ley.