Soy un hombre casado de 53 años. A mí me parece degradante y hasta una falta de respeto que todavía los médicos realicen el tacto rectal. Ese examen ofende la integridad corporal y lo afecta a uno en lo psicológico. No entiendo por qué no se puede hacer el tacto rectal uno mismo, sin que tenga que ir al médico. Yo, personalmente no deseo que me lo hagan, ni voy a permitirlo. Un amigo tuvo cáncer de próstata y lo que más le afectó fue ese examen.
El tacto rectal, así como el tacto vaginal son exámenes muy sencillos de realizar, en el sentido que no encierran ninguna técnica sofisticada, es cuestión de introducir los dedos en la cavidad anal o vaginal, de tal forma que todas las personas podrían hacerlo, sin embargo, se necesita un prolongado entrenamiento, para saber interpretar lo que se tacta, y poder detectar así las diversas anomalías que diagnosticamos con estos exámenes. Precisamente estos son los exámenes que más tarda el estudiante de medicina en dominar a cabalidad, y se requiere realizar decenas, y hasta centenas para poder dominar la técnica.
Sí es cierto que para muchas personas los tactos, sobre todo el anal, son exámenes grotescos y molestos, aunque la mayoría una vez realizado se da cuenta que son más las ideas infundadas que el mismo examen lo que genera tanta aversión. También hay que destacar que es un examen que dura a lo sumo sesenta segundos, la mayoría de las veces mucho menos, es decir, no es un examen prolongado.
Llama la atención que con todos los avances de la ciencia todavía no hemos podido sustituir estos dos exámenes, que ciertamente resultan arcaicos y rudimentarios, pero eso también nos habla de lo valioso de estas pruebas y por eso su uso continúa siendo capital en la medicina actual.