Juan Manuel Quesada, Presidente de Recope
Algunos siguen poniendo en duda la decisión de archivar el proyecto Terminal Pacífico de Recope. En ese contexto, deseo explicar las razones que nos llevaron a tomar esa decisión.
Objetivo del proyecto: El proyecto buscaba desarrollar un sistema para la importación de gas licuado de petróleo (GLP), diésel y gasolinas en el Pacífico, que permitiera descargar estos productos en aquellas ocasiones en las cuales no fuera posible hacerlo por el litoral Caribe como consecuencia de eventos naturales (como terremotos y huracanes) o sociales (como huelgas). El principal objetivo era entonces la reducción de los riesgos de desabastecimiento de combustible asociados con desastres naturales y sociales que enfrenta el Sistema Nacional de Combustibles por disponer solamente de puertos en el Caribe.
Al respecto, debe indicarse que esta nueva administración de Recope comparte, por supuesto, ese objetivo. Las preguntas que nos hicimos al iniciar nuestras funciones fueron las siguientes: ¿de verdad ese proyecto permitiría reducir los riesgos de abastecimiento de combustibles de manera significativa? ¿Qué tan grande sería el costo que tendrían que pagar los costarricenses para alcanzar tal reducción de riesgos?
Análisis del proyecto: La evaluación realizada por esta nueva administración mostró que el estudio había sobreestimado la capacidad del proyecto para reducir los riesgos mencionados por varias razones. Una de ellas es que aún con el proyecto operando, las importaciones de combustible seguirían haciéndose por la costa del Golfo de México. Es decir, los barcos que hubieran atracado en el muelle del Pacífico hubieran tenido que venir de Estados Unidos, principalmente, y atravesar el Canal de Panamá para llegar a su destino. Por esa razón, los riesgos de desabastecimiento asociados con las tormentas y los huracanes que surgen en el Caribe se hubieran seguido presentando. Aun así, habría una reducción de riesgos si se comprara en el Pacífico, aunque los combustibles provenientes de ahí serían mucho más caros que los que se compran actualmente.
Otra razón es que el surgimiento de eventuales huelgas en la empresa podría afectar cualquiera de sus procesos, incluyendo los que se fueran a establecer en el litoral Pacífico, así que tampoco es claro que el proyecto podría reducir riesgos asociados a fenómenos sociales.
Pero, además, ¿cuál sería el costo de abrir una terminal en el Pacífico? Para empezar, hay que decir que existe una desproporción entre el monto de inversión del proyecto y el porcentaje de la demanda total de combustibles del país que este busca satisfacer. El proyecto buscaba satisfacer el 30% de la demanda de GLP, que representa apenas un 3,4% del volumen de ventas de la empresa, en el año 2021, y un 1,7% de las ventas totales en colones. Por otra parte, la inversión hubiera representado cerca de un 30% de la inversión total en infraestructura de la empresa y alrededor de tres (3) veces el valor de los activos asociados al GLP. Además, según establece el estudio de factibilidad, la Terminal Pacífico tendría apenas un 24% de utilización, por tanto, la magnitud de la inversión ociosa sería muy alta.
Teniendo en cuenta estos datos, no es de extrañar que el proyecto no resultara rentable desde el punto de vista financiero, según se indica en el mismo estudio de factibilidad. Una vez que se llegó a esta conclusión, el estudio optó por justificar la rentabilidad del proyecto, a partir de cuantificar el riesgo de desabastecimiento. Y, como mencioné anteriormente, la valoración de este riesgo estuvo sobreestimada.
La evaluación detectó otras limitaciones importantes del estudio de factibilidad. Por ejemplo:
A) La estimación de la demanda fue realizada con una metodología inadecuada para un proyecto como este.
B) A pesar de que se indica la necesidad de contar con inversiones adicionales, no fueron estimadas ni incluidas en el análisis financiero del proyecto.
C) Hubo errores metodológicos en la evaluación del impacto tarifario del proyecto, derivados de la forma en que se estimó su costo. Y, como si fuera poco, no es posible fondear la inversión requerida para el proyecto dentro de las restricciones impuestas por la regla fiscal.
Adicionalmente, se encontró que el estudio de factibilidad no analizó las inversiones asociadas al proyecto dentro de un análisis integral de las inversiones que Recope requerirá en el largo plazo. Por esta razón, no es posible ubicarlas dentro de un marco de prioridades que las justifique.
Nuestro compromiso: Esta nueva administración ha asumido un verdadero compromiso con el país: hacer a esta empresa eficiente, que genere beneficios para los costarricenses y que contribuya a la competitividad del país. Apostar a proyectos mal formulados, que no son rentables y que además se traduciría en tarifas más altas e injustificadas es un asunto que no podemos dejar pasar. Recope es una empresa que se debe a Costa Rica, a sus ciudadanos, a la industria y al comercio que la hacen grande. Es nuestra responsabilidad actuar en consecuencia y por eso no podíamos dejar que nos metieran ese gol.