Frases como “usted tiene electricidad”, “me jaló”, “sentí que me pasó corriente” son comunes en la vida de algunas personas que mantienen energía estática.
La mayoría de las veces las cargas positivas y negativas de un objeto o cuerpo están equilibradas, sin embargo, en ocasiones dos átomos entran en fricción, se pueden ganar o perder sus cargas negativas y así desencadena electricidad estática.
Algunos objetos están hechos de materiales aislantes, en los que hay más posibilidad de acumular electrones y de esta forma potenciar la descarga al entrar en contacto con algo o alguien con carga positiva.
Según el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Alberto Nájera, \”Acumulamos electricidad estática que se incrementa con la ropa o con zapatos muy aislantes o por la sequedad del ambiente. Cuanto tocamos algo que está conectado a tierra, ¡zasca!\”.
El experto añade que las cargas se acumulan más en fibras finas o en el pelo, por ejemplo. Por eso en ocasiones, si pasamos un globo cerca, el cabello se pone de punta.
También es más probable que estos fenómenos ocurran en épocas frías, cuando el aire está más seco y es más fácil acumular electrones en la superficie de la piel.
En climas más cálidos, la humedad en el aire ayuda a que los electrones se muevan más rápido para que no se reciba una carga estática tan grande