Los vecinos de calle Tiribí, en Horizontes de Alajuelita se enfrentaron a las autoridades cuando se encontraban realizando un allanamiento en una vivienda en donde supuestamente se encontraba el agresor de un joven de 11 años de edad.
Los uniformados evitaron que los presentes hicieran justicia por su propia cuenta contra el sospechoso.
El sujeto es un hombre llamado Jonathan Esteban Pincay Fallas, de 40 años, quien al parecer sería el primo de la víctima y que es acusado de los delitos de violación y abuso sexual en perjuicio de una persona menor de edad, así como producción y reproducción de pornografía infantil y tenencia de material pornográfico.
“La investigación la iniciaron los agentes judiciales en el mes de julio del presente año, tras recibir un reporte sobre la existencia de un usuario en internet en nuestro país, el cual en apariencia mantenía almacenado material con contenido sexual infantil”, informaron en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Aparentemente, las imágenes con carácter sexual del menor habrían sido producidas por Pincay.
“Además de detenerlo (al sospechoso), se logró decomisar importantes indicios para la continuación de la investigación”, mencionaron la autoridad judicial.
El sospechoso se desempeña como oficial de seguridad del BN Arenas en Hatillo.
Fue minutos antes de las 6:00 a.m. cuando agentes de la Sección Especializada Contra el Cibercrimen ingresaron a la alameda donde vive el sujeto e irrumpieron en la casa.
Tras la intervención, los vecinos salieron a la calle a ver lo que estaba pasando y fue cuando se dieron cuenta de los cargos contra el hombre.
COMO PÓLVORA
Rápidamente la voz se corrió por el vecindario y en cuestión de minutos varias personas, en su mayoría mujeres, estaban enfurecidas y quería que se les permitiera golpear al sospechoso como castigo por la supuesta violación.
“Soy una mamá indignada, tengo hasta la presión alta de escuchar lo que dicen, porque se habla de que la mamá del chiquito lo vendía por 15 mil colones y que no le hagan nada a ella. Cómo una madre puede dejar que un familiar le haga eso a un niño, todo el pueblo está indignado. Yo seguro mataría al chavalo porque los niños son inocentes”, manifestó María Delgado, una de las vecinas del barrio.
Aproximadamente unas 200 personas llegaron hasta el sitio del allanamiento, por lo que la Fuerza Pública pidió refuerzos y acordonó la vivienda donde se encontraba el detenido mientras llegaba la patrulla que lo iba a transportar hasta las celdas.
QUE LO SUELTEN
Entre gritos e insultos, los presentes les solicitaban a los oficiales que se les dejara pasar a la casa de imputado para vapulearlo.
Al momento en que estaba montando al supuesto violador en la perrera policial, un hombre le propinó una patada en el rostro y fue en ese momento cuando los oficiales se apresuraron en cerrar las puertas del cajón y retirarse del sitio mientras se abrían espacio entre las furiosas personas.
Al retirársela patrulla, la turba se dirigió hasta la casa de la madre del menor, ubicada a unos 300 metros del allanamiento para arremeter contra ella, pero tiempo después se retiraron al darse cuenta de que la mujer estaba en las oficinas del OIJ.
“Ojalá que la ley se cumpla porque esto no puede estar pasando así y a este hombre se le tiene que hacer pagar lo que hizo. No fue correcto lo que pasó con un chiquito. A la mamá también le debe caer todo el peso de la ley, porque ella no debería haberse prestado para esas cosas porque si Dios le dio hijos es para que los amara y los cuidara. Espero que los jueces tomen la mejor decisión”, opinó María Auxiliadora Porras, otra de las mujeres que se encontraba presente durante la captura.
A eso de las 10:40 a.m., ya con el detenido en camino a las celdas judiciales, los ánimos se relajaron y los presentes se dispersaron.
Pincay fue presentado con un informe al Ministerio Público, donde se determinará su situación jurídica.