Bryan Aguirre Guadamuz, oficial de la Fuerza Pública, perdió la vida tras colisionar contra una patrulla de la cartera en la que laboraba. El percance se registró en Santa Rita de Nandayure, Guanacaste.
Por razones que determinará el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Aguirre, de 35 años, viajaba en su motocicleta, chocó la parte trasera de la unidad policial y quedó gravemente herido sobre la vía pública.
De inmediato los uniformados dieron aviso al Sistema de Emergencias 9-1-1, que desplazó unidades de la Cruz Roja para la atención del accidente.
Los paramédicos llegaron pocos minutos después del choque y lo valoraron, sin embargo ya no tenía signos de vida y fue declararon muerto.
El cadáver quedó bajo custodia de los oficiales, mientras llegaban los agentes del OIJ para encargarse de las indagaciones del caso.
Horas después los judiciales realizaron una serie de pesquisas que se sumarán a la investigación y después remitieron el cuerpo al Complejo de Ciencias Forenses para someterlo a la autopsia.
El caso quedó en manos de la policía judicial, que analizará y confirmará las causas que mediaron en la muerte del Aguirre.
DIARIO EXTRA supo que la víctima cumplió 14 años de trabajar en el Ministerio de Seguridad y se desempeñaba en la delegación de Nandayure, adonde ingresó el 1 de noviembre de 2007.
Cabe mencionar que era padre de dos niñas y un niño de 4, 7 y 11 años, respectivamente.
GRAN PERSONA
El Diario del Pueblo conversó con Pamela Aguirre Guadamuz, hermana del occiso, quien con voz quebrada y entre lágrimas lo describió como una persona especial.
Detalló que las causas de la tragedia no están claras y que la información recibida de las autoridades es muy poca.
“Era el ser humano más maravilloso del mundo. Era muy querido por sus amigos, daba la vida por ellos en todo momento. Amaba a su familia, tenía tres hijos hermosos y uno que viene en camino”, comentó.
Dijo que horas antes del accidente estuvo hablando con su hermano, con quien solía compartir a diario.
“La última vez que hablamos fue ayer. Compartíamos mucho, ya que yo soy la menor y siempre salíamos juntos. Teníamos tanta afinidad que cuando él sentía algo, yo sentía algo también, y así fue sucesivamente. Me pasaba diciendo ‘loca’”, agregó.
Contó con nostalgia que tiempo atrás sufrió una enfermedad, sin embargo él la apoyó en todo momento.
“Hace poco yo estuve muy enferma y él me decía: ‘Tiene que luchar porque usted no se me puede morir a mí’, pero él se me fue primero. Éramos más cómplices que cualquier otra cosa. Comentaba sus secretos conmigo, me decía: ‘Usted es mi sangre y el día que usted se vaya o me haga algo, ese día yo me muero’”, relató.
AGRADECIDA
La mujer dijo a El Periódico de Más Venta en Costa Rica estar eternamente agradecida con su hermano porque le brindó ayuda para enfrentar un problema personal que la mantuvo en una situación delicada.
“Tengo muy presente que él me dijo que yo era su princesa y que nadie podía hacerme daño. Yo sufría de violencia doméstica y él me dijo: ‘Mi princesa, nadie le va a hacer daño, entiéndalo’.
Él me sacó de ese meollo donde yo estaba. Gracias a tantos consejos que me dio me sacó de ahí. Él me decía: ‘Hermanita, yo ya no quiero que le peguen más’”, comentó.
Pamela recordará siempre a su hermano, al que describió como su cómplice y amigo incondicional.
“Me deja muchos legados. Me deja sola, con un vacío terrible en mi corazón, me deja con cuatro sobrinos que al verlos son el reflejo de él. Aprovechen cuando tienen a sus hermanos vivos porque cuando los ven así se le destroza el alma a uno”, concluyó.