La policía federal dijo que la investigación sobre el asesinato de Dom Phillips y Bruno Pereira, en junio, reveló \”sólidos indicios\” de que uno de los cuatro sospechosos ya detenidos, un presunto narcotraficante conocido como \”Colombia\”, era el \”líder y promotor financiero de un grupo criminal armado dedicado a la pesca ilegal en la región del Valle de Javari\”.
Phillips, de 57 años, y Pereira, de 41, fueron asesinados a tiros el 5 de junio en el Valle de Javari, una región selvática cerca la frontera de Brasil con Perú y Colombia, donde se ha registrado un aumento de la pesca ilegal, la tala, la minería y el tráfico de drogas.
Pereira había estado trabajando para detener la pesca ilegal en la reserva indígena del Valle de Javari, un territorio más grande que Austria que tiene la mayor concentración de tribus no contactadas en la Tierra.
Phillips, un periodista independiente que colaboraba con The Guardian, The New York Times y otros periódicos, viajaba con él investigando para un libro que estaba escribiendo, titulado \”Cómo salvar el Amazonas\”.
Los líderes nativos que cooperaban con Pereira acusan a \”Colombia\” de ordenar la muerte del experto por haber organizado patrullas indígenas que incautaron lucrativos cargas de pesca ilegal.
La policía dijo que el presunto narcotraficante, cuyo nombre real es Rubén Darío da Silva Villar, de nacionalidad colombiana, lideró un grupo \”responsable de vender grandes cantidades de pescado para exportar a países vecinos\”.
Entre los cinco nuevos detenidos hay tres familiares del primer arrestado por el caso, el pescador local Amarildo \”Pelado\” Costa de Oliveira, a quien habrían ayudado a esconder los cuerpos en el monte, dijo la policía.
Uno fue capturado durante la noche en una fiesta en la localidad de Atalaia do Norte. Los demás fueron detenidos en pequeñas comunidades pesqueras cercanas.
El doble asesinato alimentó acusaciones al presidente Jair Bolsonaro de fomentar una creciente anarquía en la Amazonía brasileña.
La deforestación ha aumentado en la región desde que Bolsonaro asumió en 2019 y prometió expandir el agronegocio en la selva tropical más grande del mundo, clave para el combate al cambio climático.