La oficial de policía Kimberly Suárez Narváez, quien recibió un balazo en la cabeza cuando atendía un caso de violencia familiar en San Joaquín de Flores, Heredia, en enero, espera pronto reincorporarse a su puesto.
Así lo indicó después de que el presidente Carlos Alvarado la condecorara con la Cruz Escarlata durante una actividad que conmemora el aniversario de la Fuerza Pública, donde se reconocen las acciones más destacadas del año.
“Uno no lo piensa dos veces porque uno va y lucha por ser policía. A usted le enseñan que tiene que defender a las personas”, manifestó esta joven.
Agregó que está muy orgullosa de formar parte de la fuerza policial y logró lo que siempre soñó. “Di mi vida por una mujer que necesitaba que alguien la rescatara”, expresó.
Suárez narró que desde su perspectiva la recuperación después de salir del hospital, el 12 de febrero, fue muy fácil, pues no se siente mal.
“Tenía problemas con el lado derecho, me dolía un poquito caminar, pero siempre me levantaba y decía ‘hay que caminar’”, relató.
Aseguró que tiene fe en Dios y espera pronto le den de alta. “Yo me siento muy bien”, dijo con una sonrisa en el rostro.
Detalló que su madre Analía Suárez Narváez y su pequeña hija son sus ángeles. “Mi mamá es la más importante del mundo. Ella me ha dado su mano, ha sido mi bordón, es la que me ha acompañado a las citas”, recalcó.
La oficial volvió a vivir en casa de su madre, quien aprovecha para cuidarla y brindarle su amor, así como lavarle y secarle la herida.
“Lo único que más me ha dolido es que me quitaron el pelo, se lo entregué a Dios en esta operación. Ahí me irá creciendo cuando Dios quiera”, manifestó.