Argentina. (AFP) – Cientos de fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos y cañones de agua a manifestantes que protestaban en Buenos Aires contra las reformas económicas propuestas, según periodistas de la AFP.
Los protestantes enojados prendieron fuego a dos autos cuando la manifestación se volvió violenta mientras los legisladores argentinos debatían una serie de reformas liberalizadoras propuestas por el presidente Javier Milei, que recortaban el presupuesto.
Los primeros enfrentamientos estallaron cuando los manifestantes intentaron eludir un sistema de vallas instaladas entre ellos y el Congreso, y arrojaron piedras a los agentes, quienes los rociaron con gas pimienta.
Observadores y parlamentarios de la oposición dijeron que decenas de manifestantes y un puñado de legisladores recibieron atención médica.
Más tarde, al caer la noche, gruesos bloques de agentes con escudos y otros en motocicletas hicieron retroceder a los manifestantes, quienes volcaron e incendiaron dos automóviles, uno de los cuales pertenecía a un medio de comunicación local.
Al menos cinco legisladores de la oposición que se encontraban entre la multitud fueron “hospitalizados”, afirmó a la AFP la parlamentaria Cecilia Moreau.
Un total de 40 personas fueron atendidas en el lugar después de ser rociadas con gas pimienta, informó a la AFP la Asociación contra la Violencia Institucional, una organización no gubernamental.
Moreau denunció la “represión” policial. Dentro del Congreso, los senadores debatieron lo que queda del emblemático proyecto de reforma “ómnibus” de Milei, rechazado en su forma original y aprobado con cambios por la Cámara de Diputados de la Cámara Baja en abril.
100 AÑOS ATRÁS
El proyecto de ley tiene 238 artículos, reducidos de más de 600 iniciales.
Las medidas incluyen declarar un estado de emergencia económica por un año, permitir a Milei disolver agencias estatales y privatizar alrededor de una docena de empresas públicas, incluida la aerolínea estatal Aerolíneas Argentinas.
Otros abordan la reducción del acceso a prestaciones mínimas de jubilación y el debilitamiento de las protecciones laborales al permitir periodos de prueba más prolongados, criticados por la oposición de izquierda como una licencia para despedir trabajadores.
Las disposiciones también prevén incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios para fomentar la inversión en el país, asolado por la crisis económica. En el Senado los legisladores de la oposición afirmaron que el proyecto de ley retrasaría décadas el progreso.
Las reformas laborales, en particular, “nos retrotraen al siglo pasado, cuando el empleado no tenía derechos laborales”, afirmó el senador opositor Mariano Recalde.
El proyecto de ley cuenta con la oposición de organizaciones sociales, partidos políticos de izquierda, jubilados, docentes y sindicatos.
“No podemos creer que en Argentina estemos discutiendo una ley que nos hará retroceder 100 años”, dijo Fabio Núñez, abogado de 55 años, entre los manifestantes. Si se aprueba, en discusiones que continuarán hasta las primeras horas del jueves, la ley regresará a la Cámara Baja para obtener luz verde final.