El Tribunal Penal de Goicoechea sentenció a Davis Andrés Villalobos Hernández a 25 años de cárcel por el delito de homicidio calificado, también le prorrogó la prisión preventiva por 6 meses tomando en cuenta que después del crimen el ahora condenado estuvo un año en fuga.
La víctima mortal fue Juan Carlos Gómez Cañada, de 19 años y de nacionalidad nicaragüense, quien el 21 de mayo de 2009 iba en bicicleta por la ciudadela León XIII y fue interceptado por Villalobos quien según el Tribunal estaba tomando licor.
En determinado momento le tocó el hombro y le disparó en la cabeza, lo que provocó que cayera al suelo donde pese a las súplicas de Gómez de que no lo matara, le pegó 4 tiros más en la espalda y brazo izquierdo, causándole la muerte minutos después. Zadia Cañada, madre de Gómez, se armó de valor y buscó hasta debajo de las piedras al principal sospechoso y prácticamente lo puso en el banquillo de los acusados.
“Estoy satisfecha por la condena aunque nada me va a devolver a mi hijo se hizo justicia terrenal, le pedí que se arrepintiera con Dios que estaba a tiempo. Con mi acción de buscarlo por todo lado hasta que los agentes del OIJ lo agarraran salvé varias vidas”, recordó entre lágrimas.
Cañada agregó que sin importarle nada, pegó fotografías del sujeto que su instinto materno decía era el asesino de su hijo para que la ciudadanía ayudara a ubicarlo.
Los jueces adujeron que efectivamente el acusado le dio muerte al nica ya que todas las pruebas arrojaron que así fue, además los dos testigos presenciales declararon situación que vino a confirmar en la autopsia.
Por su parte la abogada defensora solicitó que se absolviera a su representado por duda, además reiteró que en caso de encontrarlo culpable que tomaran en cuenta que no tenía antecedentes y que el delito era primero.
CRIMEN CON ENSAÑAMIENTO
El representante del Ministerio Público aseguró durante la etapa de conclusiones que el homicidio fue con ensañamiento, de una forma cobarde, sorpresiva y traicionera luego de que Villalobos le pegara a Gómez 5 plomazos y mientras cogía los últimos aires de vida se le riera en la cara y se marchara como nada.
Además y según la fiscalía, el ahora condenado trató de silenciar dos testigos y nunca mostró arrepentimiento durante el debate, donde todo obedeció a un pleito entre jóvenes que estaban enamorados de la misma mujer, que al final se habría quedado con el hoy occiso.