La Contraloría General de la República (CGR) le aprobó, de manera parcial, a la Universidad de Costa Rica, el primer presupuesto extraordinario de 2020 para dicha casa de enseñanza superior pública por el orden de ¢48.789 millones, para hacerle frente a una serie de gastos.
Este presupuesto se obtiene luego de que, en diciembre anterior, la CGR archivara los presupuestos ordinarios de las universidades públicas porque no presentaron el certificado de la Secretaría Técnica de la Autoridad Presupuestaria (STAP) en el que se constara que cumplían con la regla fiscal.
Con esto, el presupuesto que aplica la universidad es el ordinario de 2019 y, para hacerle frente a los “huecos financieros”, deberá ejecutar los ajustes correspondientes e incluirlos vía presupuesto extraordinario.
Entre otros, en el presupuesto extraordinario se incorporaron ¢26.900 millones de recursos procedentes de las Transferencias corrientes del Gobierno Central mediante el Fondo Especial para el Financiamiento de la Educación Superior (FEES), incluidos en la Ley de Presupuesto Ordinario y Extraordinario de la República para 2020.
Al mismo tiempo, la entidad universitaria procederá a la disminución de transferencias del FEES por ¢15.301 millones, “producto de la sustitución de financiamiento propuesta por la Universidad y que fuera aprobada por el Consejo Universitario en sesión nº 6365, del 19 de marzo del 2020”, se determina en el oficio Dfoe-Soc-0446.
Por otro lado, se imprueba que se destinen ¢292 millones por concepto de superávit libre y, en este sentido, se le solicitó a la UCR reclasificarlos, porque deberían ser parte de otras partidas presupuestarias.
¿EN QUE SE USARÁ LA PLATA?
Consultado al respecto, el vicerrector de Administración de la UCR, Carlos Araya Leandro, comentó que dichos recursos se emplearán en inversiones y pagos a proveedores que debe honrar la entidad.
“En este primer presupuesto extraordinario incluimos todo lo que tiene que ver con superávits de compromisos, que incluye, por ejemplo, procesos de construcción que están en el camino, que no han terminado a finales del año pasado”, aseveró Araya, quien manifestó que los recursos son para el pago de obras que están en proceso aún de construcción.
Agregó que existe una serie de proyectos que, si bien no habían arrancado todavía, los procesos de licitación sí fueron realizados, pero lo correspondiente a la adjudicación estaba aún pendiente.
“Ejemplo de ello es una remodelación grande que vamos a hacer en el recinto de Paraíso, ya estaba la adjudicación, pero esta no había quedado en firme al 31 de diciembre, por ende, estos recursos se van al superávit de compromisos y ahora lo que hacemos es incluir esos montos, que, al ser aprobados, ya podemos pagarles a proveedores, pues teníamos a un montón de proveedores pendientes de pago y, por otro lado, podemos adjudicar las obras pendientes”, recalcó Araya.
Insistió en que dichos recursos aprobados no se van a destinar al pago de salarios o remuneraciones de los profesores y catedráticos de la U ni al pago de becas de los estudiantes, sino que a los gastos operativos y de inversión.
Detalló que la Universidad puede presentar, a lo largo del año, tres presupuestos extraordinarios a la CGR, o hasta un cuarto, en caso de ser necesario.