El 14 de junio de este año se puso a la venta la polémica píldora del día después Levonorgestrel la cual, tuvo aceptación y oposición de diversos sectores, sin embargo, la mayoría de los costarricenses consideran que definitivamente se debe requerir de una receta médica para poder obtenerla.
Según la Actualidades 2019 de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizada a 1.215 ticos mayores de edad en todo el país, señala que, del 63.8% de los costarricenses son conocedores de este método anticonceptivo de emergencia, sin embargo, de ellos, el 50.5% están en desacuerdo con que venda a cualquier persona sin requerir receta médica, mientras que el 40.8% sí lo aprueba.
Los estudiantes Daniela Gamboa Borbón, Iván León González y Nancy García Ureña, bajo la supervisión del docente Johnny Madrigal, detectaron que el 48.7% de las personas de acuerdo con el libre acceso son jóvenes, el 56.6% con educación universitaria y el 51% no practican ninguna religión.
Hay mucha población costarricense que desconoce sobre esta pastilla y en general, sobre cualquier método anticonceptivo y lamentablemente son quienes no tienen un nivel alto de educación.
Como bien lo había explicado en su momento Daniel Salas, ministro de Salud, la píldora debe utilizarse como máximo 72 horas después de mantener la relación sexual sin protección por anticonceptivos tradicionales, o bien si se rompe el condón. Pero, además, dijo que se modificó la reglamentación para obtener el medicamento por su mecanismo de acción.
“Es un anticonceptivo de emergencia, la efectividad se aplica a las 72 horas postcoito y aumenta mucho más su efectividad si se toma durante las primeras 12 horas postcoito”, comentó.
También, aseguró que no se trata de un fármaco abortivo, sino que es un mecanismo de anticoncepción de emergencia que inhibe la ovulación e impide o retarda el paso del espermatozoide por la trompa tubárica para que se dé efectivamente la fecundación.
“Todas las personas mayores de 18 años y más, se les preguntó por las actitudes hacia estos métodos y se encontró que magnitudes importantes se encuentran de acuerdo o muy de acuerdo con su uso si la mujer sufriera una violación (75,5%), si está preocupada por haber tenido relaciones sin protección (60,4%) y si duda de la efectividad del método usado (59,8%)”, apuntó Daniela Gamboa, estudiante partícipe en la encuesta.
Añadió que quienes se identifican con una actitud negativa al medicamento (26%) fueron mujeres, personas mayores a 50 años y aquellas que tienen niveles de educación en primaria o menos, además, de aquellas personas que practican alguna religión.