María Ester Murillo Chavarría, de 26 años, y Luis Alejandro Ramírez Quirós, de 31, fallecieron en un accidente de tránsito y no en un homicidio, como presumieron las autoridades durante los últimos días.
Estos jóvenes murieron en la salida de la autopista Florencio del Castillo, en Curridabat. La nueva información la brindó el departamento de prensa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Murillo y Ramírez presentaban heridas en la cabeza y la espalda, las cuales eran similares a orificios de bala, sin embargo, fueron varillas y piedras las que causaron esas lesiones.
Ese detalle lo determinaron las autoridades cuando analizaron los videos de monitoreo de la zona y no vieron ninguna sospecha de homicidio.
Tampoco recibieron reportes de detonaciones de armas en las llamadas del 9-1-1 ni vieron indicios balísticos.
Además informaron que no hubo una pista de riña en el bar La Concha de la Lora, en el barrio La California, de donde salieron los jóvenes.
ESCENA
Murillo quedó cerca de la moto, pues al parecer esta la prensó al caer. En el lugar se halló un bolso con sus pertenencias, pero los investigadores no hallaron su cédula de identidad. El cadáver de Ramírez lo encontraron a 3 metros de la motocicleta.
Ella era enfermera en el Hospital Calderón Guardia. Por su parte, él laboraba como oficial de seguridad del Hospital Nacional de Niños.
Compañeros de trabajo de Murillo la recuerdan como una muchacha tranquila, que no se metía con nadie.
Ingresó al Hospital Calderón Guardia como auxiliar de enfermería en el departamento de Emergencias y cuando la pandemia del Covid-19 azotaba al país fue ascendida a enfermera en salones de recuperación.
Tanto Murillo como Ramírez tenían dos años de laborar para la Caja Costarricense del Seguro Social.