Con criterio dividido, la Asamblea Legislativa permitió la reelección de Luis Porfirio Sánchez como magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
Para que no continuara en el cargo, se necesitaban 38 votos. No obstante, 25 legisladores acordaron que permaneciera por ocho años más en el puesto.
Lo respaldaron seis diputados de Nueva República (NR), siete del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), 10 del Partido Liberación Nacional (PLN) y las independientes Gloria Navas, así como María Marta Padilla.
Votaron para su remoción los seis congresistas del Frente Amplio (FA), seis diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), cuatro del Partido Liberal Progresista (PLP), ocho diputados cercanos a Zapote y Daniela Rojas, del PUSC.
El magistrado ha estado en el ojo del huracán por presuntas conductas sexuales inapropiadas, acoso, y además se le acusa de lentitud en su trabajo.
De los 869 casos que se le han asignado, en promedio su faena presenta un retraso de 388 días, situación que empeora con los casos laborales y de riesgo laboral, que asciende a 745 casos.
Los diputados respaldaron a Sánchez por distintos motivos. Algunos señalaron que le han inventado “falsas acusaciones”.
Otros lo tacharon como un “profesional honorable”.
En desarrollo.