Carlos Alvarado fue contundente la mañana de este viernes al decir que nunca ordenó desconvocar el polémico plan fiscal.
Fue directo al indicar también que Víctor Morales, su exjefe de campaña y jefe de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), literalmente metió las patas al anunciarlo a los medios hace un par de días.
Sus palabras fueron “Por lo menos yo me siento muy tranquilo… Por qué… Porque corresponde al presidente convocar o desconvocar en (sesiones) extraordinarias, y en mí nunca estuvo una orden de desconvocar el proyecto”.
Tras estas palabras se deduce fácilmente que alguien más está girando órdenes en forma paralela a Alvarado.
El día de la conferencia de prensa que la ministra Rocío Solís dio en conjunto con Morales y otros diputados oficialistas, para mencionar que debían buscar la forma de recuperar cerca de ¢95.000 millones que fueron drenados del plan fiscal, Rodolfo Piza estaba en ese sitio.
El ministro de la Presidencia sentado en la mesa principal, pese a que llegó unos minutos tarde, y escuchando lo que dijeron la jerarca y el legislador, asintió y confirmó que iban a desconvocarlo para tratar de recuperar esos dineros.
Dio declaraciones en ese sentido y sin más se levantó posteriormente para regresar a Casa Presidencial. Hasta ese momento todo parecía estar en sintonía entre la bancada y el Ejecutivo.
Pero tan solo minutos más tarde aquello era un enjambre, que sí, que no, que tal vez… Para ponerle una pizca de humor, parodiando a La Chimoltrufia, personaje de la teleserie mexicana Chespirito, “a como digo una cosa, digo otra”.
Presidencia no daba crédito a lo que el ministro Piza confirmó, el presidente Alvarado no había dado la orden, ¿entonces quién la dio o quién se creyó con la potestad de darla?
¿Además del señor Carlos Alvarado quién más está moviendo los hilos desde Zapote? Eso es inadmisible desde cualquier óptica.
Mucho se habla del cogobierno, mucho se dice de la figura de Piza, de su personalidad y su forma tan diestra de negociar y acaparar la gestión.
Hasta los propios miembros del Partido Unidad (PUSC) lo advirtieron hace tan solo una semana, “la agrupación política no está cogobernando con el Partido Acción Ciudadana y quienes sí lo hacen son Rodolfo Piza y sus amigos”.
Claro, esta postura del PUSC se veía venir porque las malas acciones y decisiones del ministro de la Presidencia terminarán salpicando al partido de cara a futuros procesos electorales. Hay un costo que el famoso gobierno de unidad les pasará a los rojiazules si no se desligan de Piza.
En fin, esto de quién tiene el poder pasa por varias aristas, hay puntos que deben analizarse con detalles, comenzando por la postura “light” del mandatario Alvarado.
Si bien el jefe no debe estar recordándoles a sus colaboradores quién es quién, lo cierto es que las reglas deben estar más que claras en esto de gobernar, pues al fin y al cabo no se puede perder de vista que el ministro de la Presidencia soñaba o sueña con ser mandatario algún día.
Cualquier motivo es suficiente en este escenario para captar atención y hasta dar órdenes. Cuidado si esto no fue lo que sucedió con el fiasco de la desconvocatoria, que al final resultó ser el desgobierno, evidenciando las serias rupturas del PAC en esta administración y revelando que Piza manda más de la cuenta.
Carlos Alvarado debe despertar de su letargo.
Es entendible que apenas se está ubicando, que lleva poco más de 100 días en el poder, que es joven e inexperto, pero no puede ni debe darse el lujo de ser percibido como “light”, monotemático, esquivo y amodorrado.
Ya se lo advirtió una encuesta de la UCR directamente al mandatario: este es el peor arranque de las últimas seis administraciones y el mayor pesimismo de los ciudadanos. Eso conjugado es una bomba de tiempo social que no nos hace ningún favor.
Es injustificable que a cinco días del malentendido, Alvarado solo atine a decir que nunca ordenó desconvocar y que como si fuera apenas una travesura, su exjefe de campaña dijo lo que no debió.
Don Carlos, en la intimidad de su oficina o si quiere con la almohada, tiene que analizarlo con cabeza fría, pues no se trata solo de ser el presidente porque los costarricenses lo eligieron, usted debe pensar y actuar como tal.