Una llamada anónima a la policía de Siquirres ayudó para que pudieran detener, tras una persecución, a dos vehículos y sus ocupantes, entre ellos un policía penitenciario de San Sebastián.
El custodio de apellido Ávila iba junto a su hijo y otro hombre de apellido Cisneros, todos llevaban en los vehículos licor de contrabando traído de Sixaola y más de ¢4 millones en efectivo. (Carlos Rodríguez, corresponsal)