Soñar no cuesta nada, pero con esfuerzo y pasión todo lo que deseamos puede hacerse realidad. Esta es la consigna de Marco Seas y su familia, quienes luchan por obtener los permisos correspondientes para reactivar la industria del circo en Costa Rica e inaugurar su emprendimiento en los próximos días.
Seas es un tico enamorado de las artes circenses, incluso renunció en 2017 a su trabajo en el Registro Nacional de la Propiedad para tomar un avión con sus tres hijas y su esposa e irse a estudiar a París, Francia, y trabajar en las calles de la Ciudad Luz como payasos.
Al regresar, los topó la pandemia, pero con el sueño intacto: fundar su propio circo en Costa Rica. Para ello, trajo una máquina francesa que cose lona para su carpa y empezó a trabajar. A la fecha, ha invertido más de 20 millones de colones y se ha asesorado con expertos de Francia e Italia que han venido al país para inspeccionar su trabajo.
¿El circo es su sueño?
– Así es, es mi gran sueño. Yo empecé a ser payaso en 2004, fue el inicio. En 2013 empecé a viajar por el mundo y en 2015 sentí ganas de tener un circo. Yo soy muy creativo, paso haciendo cosas en cartón y en madera. Me pregunté, ¿por qué yo no puedo hacer mi propio circo?
¿Fue a Europa con toda su familia?
– Así fue, en 2017 yo renuncié a mi trabajo en el Registro, luego me fui con toda mi familia a Europa para estudiar artes circenses, para empaparnos. Yo había ido antes, dejé contactos y las puertas abiertas, motivé a la familia que era posible, les pregunté y dijeron que sí y nos fuimos. Estudiamos diferentes disciplinas.
¿Durísimo?
– (Risas). Así es, dejamos grandes amigos por allá, visitamos seis países.
¿Cómo sobrevivían?
– Gastamos parte de los ahorros y, claro, trabajamos en las calles los fines de semana. Hacíamos artes circenses los fines de semana y entre semana estudiábamos.
¿Hizo plata?
– La gente nos daba propinas y pusimos un anuncio un rotulo que decía “familia costarricense pasando por Europa”, todo en diferentes idiomas. El peor fin de semana, al principio, solo 300 euros, quizás porque nos dio temor y vergüenza sin hablar francés. Pero el arte es universal y un fin de semana nos contrató un albergue de ancianos en París y nos pagaron 800 euros en una hora.
¿A la vuelta, la pandemia?
– Así es, a los dos meses se vino la pandemia.
¿La carpa cómo apareció?
– La carpa y la estructura las hicimos nosotros cinco.
¿Es hechiza?
– Así es, compramos una máquina en París para pegar lona, la trajimos y acá empezamos. Costó como 420 euros, unos 250 mil colones.
¿Usted tenía idea de cómo hacer una carpa?
– Viera que yo soñaba con que fuera roja y blanca. Es una carpa tradicional. Me la imaginaba alta, aunque fuera pequeñita. Mi hermano es diseñador gráfico y me ayudó con los detalles en altura y tamaño, incluso hicimos una maqueta. Dio resultado y pensamos en hacerla en grande.
¿Cuánto le costó y dónde está?
– Llevamos 20 millones de colones, sin contar mano de obra, desde el 2010 estamos ahorrando, a la fecha. Ha sido mucho trabajo. La carpa ya está terminada, pero no tenemos ni un solo cinco para transportarla. Ya tenemos invitación a varias provincias. Ahora estamos en San Pedro de Coronado, en una finca grande. Alquilamos. En la Municipalidad de Coronado hacemos gestiones de los permisos para armar acá sin tener que moverla.
¿Cuál es el permiso que se ocupa para poner un circo?
– No existe jurisprudencia para circos en Costa Rica, somos únicos tras la desaparición del Circo Miller, hace años no existen circos en Costa Rica. Esa es la controversia, uno dice que ocupan uso de suelo y otros dicen que no se ocupa. La idea es arrancar acá y luego de un mes irnos por toda Costa Rica. Esperamos que nos ayuden, nos quedamos sin dinero.
¿Es como hacer un show, un concierto?
– Casi igual que hacer un concierto, permisos de todo.
¿Debe pagarle al Teatro Nacional?
– De momento parece que no, pues nuestro aforo es muy pequeño. De acuerdo a lo que he averiguado antes, al Circo Tico, El Circo de Chicharrón y el Circo Miller no les pedían tantos permisos para operar. Nuestro modelo de trabajo es trabajar con escuelas y organizaciones donde podemos donar parte de las ganancias y ese tipo de modelo de trabajo no paga impuestos.
¿Cuánta gente le cabe a la carpa y en qué consiste el show?
– Caben entre 210 a 250 personas, todos bien sentados, dos gradas bien anchas, dos entradas, izquierda y derecha. Tenemos los espacios del frente desarmables fácilmente para recibir a personas con sillas de ruedas. El show consiste en comedia de payaso, malabares, acrobacias aéreas con trapecio, que es sencillo, pero bien hecho, magia y más.
¿Pólizas?
– Así es, más estar al día con la Caja. Somos 10 artistas, 100% nacionales, hora y media de duración cada función. Circo de las Narices Rojas. La Municipalidad y el Ministerio de Salud deben apoyar más a los artistas con menos trámites.
¿Qué le dice el alcalde de Coronado?
– No me ha atendido, solo me atiende la secretaria.
¿La gente le dice que está loco por hacer un circo en 2022?
– Exacto. Les digo que los sueños existen, no importa qué tan dura esté la tormenta.
¿Qué necesita?
– Un camión para transportar todo y un bus para hacerlo camper y vivir en él.
¿Qué le dice a la gente?
– Que Costa Rica tendrá su circo y será para todos los costarricenses. Para los niños, iremos a los pueblos y mucha gente que nunca fue a un circo lo podrá hacer.
Finalmente, ¿qué le dice a Rodrigo Chaves?
– Costa Rica eligió, espero que esté muy bien. Está invitado.