“Cuando nos dimos cuenta de que habían metido a mi papá a la cárcel yo culpaba a mi mamá y le decía que ella era la que lo había denunciado, lloré mucho pero ella me dijo que si yo quería visitarlo que fuéramos a verlo”, explica Karen Vargas con una ecuanimidad que solo puede proporcionar el tiempo.
Su papá fue encarcelado cuando Vargas tenía 9 años por estar relacionado con drogas y robo de autos. Los recuerdos que guarda de su progenitor están tamizados por las rejas que lo retuvieron hasta su muerte.
“Ir a la cárcel a visitarlo era horrible, mi mamá hacía el almuerzo y nos llevaba a mí y a mi hermana los fines de semana, hasta le daba monedas para que nos llamara y hablábamos regularmente”, prosigue la joven que ahora tiene 24 años.
Para Vargas el proceso de desapego de su papá no fue tan abrupto pero su ejemplo la afectó profundamente, “desde antes de que estuviera en la cárcel, nosotros ya nos habíamos alejado de él porque sabíamos que andaba en malos pasos pero a mí me afectó mucho, sobre todo en lo escolar, yo amenazaba a mis compañeros y les decía que mi papá les iba a pegar, presentaba muchas materias y tenía mala conducta”.
De acuerdo con la psicóloga infantil, María Ester Flores, lo primero que se debe hacer cuando el papá de un niño es encarcelado es hablar con el menor y explicarle que “en el mundo no hay personas buenas y malas, sino que todos somos neutros pero podemos hacer cosas correctas o incorrectas”.
Para Flores es primordial hablar con la verdad y explicarle al menor que su papá cometió un error en un punto específico del tiempo pero que lo ama y que de ninguna forma es culpa del pequeño que su papá se encuentre recluido.
“Hay que trabajar con los niños todo el proceso de duelo, no impedirles comunicarse con ellos de ninguna forma y alentarlos para que les escriban cartas porque se les hace más fácil explicar sus sentimientos, sin embargo no hay que forzarlos a ir a la visita, esa debe ser una decisión de ellos”, explicó la especialista.
La edad también debe ser tomada en cuenta por los cuidadores del menor pues de acuerdo con la psicóloga “el ambiente de la cárcel puede dejar una impresión muy negativa, sobre todo en los niños más pequeños por lo que se recomienda que si van a ir a la visita tengan pleno entendimiento de las cosas, lo más recomendable es que vayan a partir de los 10 años pero depende de la madurez del menor. Es importante mantener la discreción, sobre todo en la escuela para evitar convertir al niño en víctima de burlas”.
Flores dio además varias recomendaciones para que los padres que se encuentran en una celda no pierdan el contacto con sus hijos:
- No les mienta.
- Explíqueles lo que pasó pero no se justifique ni busque excusas, es importante que ellos sepan que todos los actos tienen consecuencias.
- Interésese por cómo le va a su hijo en el colegio o la escuela.
- Aproveche el tiempo que tiene para conversar con ellos y mantenga un tono de cotidianeidad y optimismo.
- No se queje frente al pequeño ni llore con él, mejor busque una persona adulta para desahogarse.
- A pesar de que usted se encuentre en la cárcel, sigue siendo el papá, mantenga la autoridad y regáñelo si debe hacerlo.
- Nunca es tarde para recuperar el amor de los hijos; ellos siempre van a tener necesidad de un padre y nadie puede reemplazarlo en su corazón.
- Recuérdeles que lo más importante es el amor y el perdón.