Las Busetas Amarillas es la única empresa interprovincial que no ha construido una terminal para brindarles comodidad y seguridad a los pasajeros y así explotan la vía publica, sin tener que hacer ninguna inversión.
Cada día el circular por la capital se hace más complicado no solo por los taxis y vehículos particulares mal estacionados, sino porque el Consejo de Transporte Público trasladó para la calle 4, entre avenidas 2 y 4, la parada de las busetas de Heredia.
El CTP se vio obligado a mudarlas a ese lugar luego de que la sala cuarta le ordenó hacerlo de dos lugares distintos, donde los comerciantes se quejaron de todas las inconveniencias que producían esos vehículos.
Las Busetas Amarillas es la única empresa interprovincial que no ha construido una terminal para brindarles comodidad y seguridad a los pasajeros y así explotan la vía publica, sin tener que hacer ninguna inversión. Los pasajeros tienen que jugarse la vida al bajarse en media calle por cuanto saturan la parada hasta con 10 vehículos, haciendo enormes presas en la capital.
Además, al no tener autobuses, sino busetas (que poseen menor capacidad) que los obliga a tener mayor cantidad de vehículos, aumentando los costos de operación y eso es reflejado en las tarifas que aprueba dos o tres veces por año la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos.
En la cuadra el CTP les autorizó 4 espacios, pero coinciden en la parada hasta 8 de las unidades por lo que descargan a los pasajeros en media calle y provocan un inmenso embotellamiento que hace que otros choferes se indignen al ver esta situación y comiencen una guerra de pitos.
El peligro de los usuarios se ha hecho patente en decenas de oportunidades, mas los oficiales de Tránsito brillan por su ausencia.
DIARIO EXTRA localizó a Óscar Ramírez Jiménez, propietario de esa empresa, y a su criterio esas situaciones son muy pocas: “Una golondrina no hace verano. No es la realidad de siempre. Nosotros tratamos de organizar los buses, pero la gente llega desesperada a la terminal y se hace tirada”, dijo.
Sobre el porqué no tienen terminal, manifestó que en primer término las tarifas no están hechas para compensar la inversión y segundo, que no han encontrado un local suficientemente grande para albergar todos las busetas.
“Si hubiera un local empeñaríamos hasta la casa del gerente para comprarlo”, dijo Ramírez con sarcasmo.