La emergencia se presentó este domingo en San José luego de que las llamas iniciaran en una soda que colinda con el centro nocturno.
Luego de que un tomacorriente sobrecalentado provocara un infierno en el club gay “Puchos” y consumiera en su totalidad el establecimiento, sus encargados aseguran que a más tardar en un mes volverán a ofrecer alegrías y emociones a sus clientes.
La emergencia se presentó este domingo en San José luego de que las llamas iniciaran en una soda que colinda con el centro nocturno y las paredes que dividían ambos locales fuera un acelerante pues era de fibra de vidrio.
Personas allegadas al negocio de los hombres desnudos aseguraron que las pérdidas rondan los ¢45 millones entre inmobiliario, ropa, accesorios y la estructura en sí. El techo deberá ser cambiado en su totalidad y algunas paredes serán de concreto y no del anterior para evitar que el fuego llegue por segunda vez.
La comunidad gay aseguró que están deseosos de la nueva reapertura de los bailongos sin ropa donde cientos de personas disfrutan un verdadero espectáculo y los hombres se dan un taco de ojo en los formados cuerpos de los participantes.
Donald Cáceres, cliente del ba,r comentó a DIARIO EXTRA que la fiesta que se arma ahí es familiar.
“Llegamos con amigos y la pasamos de maravilla, bailamos, tomamos y nos volvemos uno, que nos transporte la música y el ambiente que hay. Esperaremos la reapertura para seguir degustando lo que se vive en el mundo gay, donde somos una familia”, recordó.
Ayer, una decena de trabajadores empezaron a mover escombros y jalar block y cemento, así como varillas de construcción y empezar la instalación eléctrica de lo que será por segunda vez El Nuevo Puchos.
Alfredo Jiménez, dueño de “Puchos” sigue consternado por lo sucedido y aún se pregunta cómo un tomacorriente pudo iniciar una catástrofe.