Hurgando en las gavetas de mi mente (pues siempre la percibo como un inmenso mueble antiguo de madera tallada donde infinidad de espacios pequeños guardan ilusiones, secretos, proyectos y recuerdos), encontré la siguiente serie de frases que podrían conjuntarse para formar lo que llamaría el \”Credo del Buen Periodista\” y que comparto en este día:
Creo en brindar información veraz y precisa al público; no en inventar rellenos confusos que no tienen ningún sentido.
Creo en el respeto al dolor ajeno; sé que no hay necesidad de preguntar \”qué se siente\” a quien se le están quemando su casa y pertenencias, o la madre del muchacho atropellado por un furgón.
Creo en una transmisión inteligente de los hechos; no hace falta presentar tomas o fotografías de cuerpos sin cabeza y de pozos de sangre para vender la noticia.
Creo en un periodismo sano; no necesito trepar por encima de los hombros de mis colegas a toda costa para obtener una primicia o exclusiva.
Creo en la investigación seria de los hechos; qué mejor trabajo que entregar a la población datos coherentes y científicos que acrediten mi labor.
Creo en la libertad de prensa bien entendida y manejada; mi profesión como periodista es demasiado valiosa como para prostituirla.
Creo en los derechos de las demás personas; en ocasiones mis entrevistados preferirán guardar silencio y no por ello estarán cometiendo un delito; creo en el principio constitucional de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Creo en la denuncia seria; tengo la certeza de que el periodismo ha demostrado ser una herramienta de altísima utilidad para el hallazgo de irregularidades y sus consecuentes procesamientos judiciales.
Creo en el trabajo conjunto y solidario; sé que el aporte de muchos y de todos, por más pequeño que sea, contribuye a la obtención de los resultados que se buscan.
Creo que debo ser la primera persona que esté convencida de los contenidos de mis noticias; no puedo tratar de llevarles mis ideas a los demás si no estoy antes completamente identificado con lo que voy a decir.
Creo que debo leer despacio, con claridad y puntualizando; estoy consciente de que una mala lectura provoca una imagen pobre de un noticiero.
Creo en proyectar una imagen acorde con la noticia: no debo reír si transmito una noticia grave ni debo hacer malas caras si transmito un acontecimiento alegre.
Creo en el periodismo… ergo, creo en mí.
Un saludo a todos mis amigos periodistas que toman su profesión en serio.