El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) aumenta la vigilancia sobre el volcán Poás al instalar un equipo de monitoreo, a raíz de los constantes eventos.
Se trata de la construcción de una estación multigás para la recolección de muestras de gases en tiempo real, que les permitirá a los expertos analizar los niveles de dióxido de carbono, azufre y vapor de agua que emite el coloso.
“Tenemos evidencias de composiciones de gases muy cambiantes que se han dado con la actividad. Las estaciones se ubicaron en lugares estratégicos para cuando ocurra una erupción analizar mejor los gases”, explicó Maarten De Moor, vulcanólogo del Ovsicori.
Tecnología como esta se utiliza en otros volcanes del país, como el Turrialba. Su objetivo es detectar cambios que pueden evidenciar modificaciones peligrosas en el comportamiento del coloso. Los equipos trabajan de manera constante y utilizan paneles solares para obtener la energía que requieren.
NUEVA ERUPCIÓN
El jueves anterior se registró una erupción freática, la cual produjo una columna de ceniza y agua de aproximadamente 200 metros de altura.
Después de los últimos eventos se ha incrementado el olor a azufre, en poco más de dos meses en que el volcán aumentó su actividad. Actualmente el Poás presenta una gran cantidad de emanación de gases que están de forma directa en la atmosfera.
“El azufre es emitido por el gas del volcán y es cuando aparece esta llama en forma de una chimenea de azufre nativo, que es amarillo luego de hacer contacto con el aire.
En lugar de hacer formación de sólido hace combustión y forma un dióxido de azufre, que es un gas irritante común en los volcanes”, explicó Geoffroy Avard, del Ovsicori.
Según el experto, lo que sucede en el Poás es que el agua de su lago se está secando y los gases que vienen de la cámara magmática salen con más presión, eso forma borbollones y hace que suba material.