El Gobierno tomó la determinación de dejar a las empresas chinas por fuera del concurso para implementar las tecnologías 5G y, al igual que ocurrió con el asunto de las visas y Honduras, esta podría ser una decisión equivocada.
Y es que al final no responde a una limitante de origen técnico, sino de una decisión política, según lo han expresado las propias autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Hoy es la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) la que nos dice que el decreto ejecutivo N°44196-MSP-MICITT debería ser revisado porque no responde a prácticas sanas.
Por el contrario, dicho reglamento se podría convertir en una barrera que limite la entrada y expansión de proveedores de telecomunicaciones en Costa Rica.
Y no lo decimos nosotros, sino este órgano adscrito al Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), creado para regular materia de libre competencia.
¿Irá esta decisión acorde con los principios que dicta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)?
Porque el Gobierno no puede, o más bien no debería, tomar acuerdos de manera antojadiza, así lo indica la Coprocom al señalar que se requiere de una justificación con sustento técnico.
En caso contrario, la Administración Chaves Robles estaría generando por sí misma una distorsión para la competencia, lo cual no es propio de una democracia.
Si existe un aspecto técnico, enhorabuena, que se excluyan empresas, pero no simplemente porque de manera antojadiza elegí a quiénes van a estar dentro del negocio.
Bien lo dice la Coprocom, algunas veces se requiere imponer restricciones, pero estas deben estar rigurosamente respaldadas y resulta vital sopesar minuciosamente tanto el impacto económico como la competitividad del mercado.
Es peligroso que órganos técnicos nos digan que la exclusión de proveedores clave puede generar costos significativos y retardar la adopción de tecnologías esenciales, afectando así a la competencia en el campo 5G.
Y aquí nadie reniega de la importancia de la ciberseguridad y demás, pero se debe tener cuidado con las decisiones fundamentadas solo en un argumento político.
Resulta lamentable que hasta que la Coprocom sale y dice “¡cuidado!”, la Administración reconoce su error y ahora sí dice que va a revisar el tema.
¿Por qué? Y está bien, se aplaude la decisión de decir “vamos para atrás”, pero nos parece que hubo suficientes señales que decían, como país, que ese no era el camino.
Aquí hay miles de millones de dólares en juego y no solo eso, sino la posibilidad de migrar hacia nuevas tecnologías que darían un valor agregado a Costa Rica, de modo que no nos arriesguemos a fallar.
Respetemos la libre competencia y, como dicen por ahí, “que gane el mejor”. No podemos estar manteniendo este tipo de prácticas dilatorias cuando tenemos el deber de proveer a la población de más y mejores servicios.
Sabemos que hay conflictos geopolíticos, pero que eso no afecte nuestra mente, ni la nuble. Aquí hay libre competencia y debemos demostrarlo, lo que hagan otros afuera, esa es otra historia.