Los casos de quien sin permiso promueva tours en redes sociales para visitar lugares no autorizados se han venido visibilizando en los últimos meses, debido a las denuncias de autoridades y los rescates que han tenido que realizar los cuerpos de emergencia.
Si una empresa constituida no tiene pólizas y además cobra por la actividad, y una persona falleciera durante el recorrido, se podrían valorar acciones penales y civiles, según José Pablo Murillo, abogado penalista.
“Cuando era fiscal logré analizar lo siguiente, número uno, son personas que no tienen permisos, ahí vamos con el tema de la imprudencia; número dos, es una persona que podrá hacer caminatas, pero no tiene permisos por ser zonas peligrosas, sabiendo el riesgo y sin tener el aval, es lo que llamamos la culpa consciente”, dijo.
Esto significa prever el peligro, pero confiar en que no sucederá nada, incluso la muerte de una persona.
“Entonces qué pasa, cuando muere alguien podría achacársele hasta un homicidio culposo, relacionado con el sentido en que estaba a cargo de la persona, de la situación, a sabiendas, que no tenía permiso y no cuenta con los requerimientos y aún así lo hizo, entonces hasta un homicidio culposo se le puede achacar a las personas que ofrecen estos tours”, agregó.
Todo esto está relacionado con un tema de imprudencia, no hay permisos ni equipos adecuados para primeros auxilios y brindar seguridad a las personas, destacándose una serie de falencias.
“Este caso es bajo el tema de la culpa, sin planearlo. La persona organizadora no espera que suceda el resultado, pero lo acepta, es lo que se llama culpa consciente, bajo esos términos jurídicos, yo estaría en primera línea bajo un homicidio culposo”, indicó el abogado penalista.
Como parte de la denuncia, también aplica una responsabilidad civil, donde se tenga que dar una indemnización a familiares por la pérdida.
“Civilmente, en una acción civil dentro del proceso penal contra la persona que organiza el tour, por cobrar por un tour que no tiene requisitos ni personas con experticia, ahí puede ser una acción civil hasta millonaria lo que podría solicitar un familiar”, explicó.
REACCIÓN
La Asociación de Operadores de Aventura hizo un llamado a la responsabilidad en relación a las actividades ilegales al aire libre que están realizando personas o empresas que pueden poner en riesgo a las personas.
La organización alertó de una creciente cantidad de situaciones de emergencia que han ocurrido en los últimos meses donde personas participan en tours que se anuncian en redes sociales y muchas veces no saben que están ingresando a zonas ilegales.
Por este motivo, instan, a quienes están iniciando en actividades de senderismo o les gusta practicar la actividad, informarse muy bien de las empresas y guías que ofrecen el servicio.
DIARIO EXTRA conversó con Mauricio Odio, directivo de la Asociación, quien explicó los riesgos asociados a estas actividades que se realizan en zonas prohibidas de parques nacionales.
“El problema es que mucha gente por lo que se va es por la foto increíble en esos lugares para subirla en redes sociales, queriendo hacer estos tours piratas, por ejemplo, a la cima del Arenal o el Rincón de la Vieja. Si uno lo ve por volumen de gente que anda buscando esa foto”, dijo.
De acuerdo con Odio, uno de los principales riesgos es que desconocen a veces las limitaciones físicas que tienen para una actividad de este tipo porque son engañados o, en ocasiones, quienes organizan los tours ilegales nombran la actividad con un lugar que ni existe.
La Asociación hace un llamado a los senderistas a informarse de las rutas que visitarán, el grado de dificultad, las horas del recorrido, tipo de ropa y zapatos a utilizar, así como los alimentos que deben llevar.
Además, agregó que, en ocasiones, no hace falta que un grupo de personas se pierda en una actividad ilegal para que se produzca una emergencia, sino que pueden lidiar con adversidades que dificulten un regreso o una salida de una zona que en apariencia era fácil de manejar.
Experiencia en recorridos y manejo de grupos, conocimientos en primeros auxilios, así como un respaldo de otros compañeros externos que puedan auxiliar en caso de emergencia, son condiciones mínimas de quienes organizan estos tours.
“No es nada más venir y decir: ‘yo quiero ofrecer un tour de aventura’, es explicar que experiencia tengo como persona o empresa, no es porque hice el recorrido una vez y tengo lo necesario para llevar más clientes”, agregó. Por otra parte, el llamado también es a los turistas a no dejarse engañar en redes sociales, consultar y asegurarse de que toda la información del tour es verdadera e irán a un lugar autorizado.
Asimismo, señaló que una empresa o emprendedor que aspire a realizar un buen tour, mínimo debería brindar recorridos que conozca bien, que no sean sitios prohibidos y tenga herramientas como un GPS por si un guía principal sufre un accidente, valorar la cantidad de personas en un tour y, lo más importante, que quien lidere tenga la experiencia necesaria. Definir el perfil y tipo de cliente que se quiera llevar a la ruta es algo responsable que deben explicar muy bien las empresas organizadoras para evitar afectaciones de salud o accidentes durante los recorridos.
Por ejemplo, en caminatas, las personas que asisten deben tener ropa adecuada para el tipo de zona y ruta; una mochila con equipo mínimo, en caso de emergencia o imprevisto; una chaqueta en caso de lluvias; focos; manta térmica; comida extra; con qué hacer fuego o cómo pasar una noche en caso de extravío.
Una de las cosas más vitales para resguardar la seguridad, es que los mismos senderistas digan a sus familias dónde van estar, tener otro contacto para ubicarlos, decir cuándo se planea terminar la actividad y a qué persona de la empresa se puede acudir en caso de emergencia. Un total de 60 casos con personas extraviadas en zonas montañosas del país registra la Cruz Roja durante el presente año, lo que implica un gasto millonario de recursos por parte de la institución.
Por ejemplo, la atención de una emergencia ocurrida hace unos días en Turrialba tardó 55 horas y se requirió el auxilio de 75 cruzrojistas y unos 11 vehículos. Esto significó la utilización de casi ¢43 millones.