Bombardeos aéreos e intercambio de disparos sacudieron nuevamente la capital de Sudán, mientras la ONU advirtió que el país \”está colapsando\” al entrar en la tercera semana de combates entre ejército y paramilitares.
Desde el 15 de abril, el país africano se hundió en el caos por la lucha por el poder entre las tropas del general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país desde el golpe de 2021, y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), liderado por el general rival Mohamed Hamdan Daglo.
Los combates ya dejaron al menos 528 muertos y 4.599 heridos, según el ministerio de Sanidad, un balance que puede subestimar la realidad de un conflicto que ha llenado las calles de cadáveres imposibles de recoger en medio del fuego cruzado.
Decenas de miles de sudaneses, extranjeros y refugiados instalados en Sudán huyeron hacia Egipto, Etiopía, Chad o Sudán del Sur, con terceros países organizando también misiones de evacuación de sus ciudadanos.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó en la cadena Al Arabiya que \”la guerra por el poder continúa, mientras el país está colapsando\”.
La tregua aceptada por ambos bandos, que expira en la medianoche del domingo al lunes (22H00 GMT), no consiguió parar las hostilidades con acusaciones mutuas de no respetarla.
\”Hay enfrentamientos con armas pesadas y con metralletas\”, dijo a la AFP un habitante de la capital, Jartum. Otro testigo informó de \”explosiones y disparos\” en la ciudad.
Alrededor del 70% de los hospitales en las zonas de combate están fuera de servicio, dijo el sindicato de médicos, mientras los civiles intentan escapar o sobrevivir atrincherados sin electricidad, agua o comida.
– Ataques cruzados –
Mientras arrecian los combates sobre el terreno, los dos generales rivales se atacaron mutuamente el viernes a través de los medios de comunicación.
En una entrevista con la cadena Al Hurra, con sede en Estados Unidos, Burhan calificó a la milicia de las FAR como un grupo que busca \”destruir Sudán\” con la ayuda de \”mercenarios\” llegados desde Chad, República Centroafricana y Níger.
Daglo tachó a su rival de \”traidor\” que \”no es digno de confianza\” en una entrevista con la BBC.
Los dos generales se aliaron en 2021 en el golpe contra los dirigentes civiles con quienes compartían el poder desde la caída del dictador Omar al Bashir, dos años antes.
Pero luego divergencias por la integración de las FAR en el ejército regular desencadenaron en una guerra abierta a partir del 15 de abril.
\”Dios nos proteja si Sudán llega al estado de guerra civil propiamente dicha (…) Sería una pesadilla para el mundo\”, advirtió el ex primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok.
Según la ONU, 75.000 personas fueron desplazadas por los combates, especialmente violentos en Jartum y en Darfur, una región en el oeste devastada por una guerra en los años 2000.
Aunque la tregua no detuvo los combates, permitió mantener abiertos los corredores de evacuación.
Un convoy organizado por Estados Unidos pudo extraer tanto a ciudadanos propios como de terceros países hacia Puerto Sudán.
Desde allí partió un nuevo buque transportando alrededor de 1.900 evacuados hasta Arabia Saudita, que ya ha acogido casi 5.000 personas, tanto de su país como de otros.
Entre ellos, Merhdad Malekzadh, uno de los primeros iraníes evacuados, describió a la AFP bombardeos y explosiones diarias en Jartum. \”Jamás hubiéramos imaginado que la situación se tensaría tanto\”, dijo.
– Mayor riesgo de hambruna –
Reino Unido anunció el sábado la evacuación de casi 1.900 personas desde Sudán desde el martes. Todos aquellos que podían beneficiarse de una extracción tenían hasta el sábado por la mañana para llegar a una base aérea para tomar uno de los vuelos.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) advirtió que la violencia podría agudizar las carencias que sufren millones de personas en este país donde, en tiempos de paz, un tercio de la población requería ayuda para evitar la hambruna.
La ONU señaló que al menos 96 personas murieron en la ciudad de El Geneina, en la región de Darfur del Oeste, en esta semana.
Allí, Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció saqueos, destrucción e incendios generalizados de propiedades, incluso en campamentos para desplazados, lo que provocó que la oenegé detuviera casi todas sus actividades.
\”Lo que está pasando en Darfur es terrible, la sociedad se está desmoronando, vemos tribus que ahora tratan de armarse\”, dijo Guterres.