Es normal que, de cara al cambio de Directorio Legislativo el 1ᵒ de mayo, surjan reclamos políticos de las diferentes tendencias. Sin embargo, estamos volviendo a tomar un rumbo que ya parecía superado.
A falta de dos años para que concluya la Administración Chaves Robles, debería estar pensándose en establecer un fuerte lazo con la Asamblea Legislativa en pro de la ciudadanía.
Hay tantos proyectos de ley que duermen el sueño de los justos, ya sea para fortalecer la seguridad, generar más empleo, mejorar la salud y darle más recursos a la educación.
Sin embargo, estamos enredados en una lucha de indirectas que finalmente no genera ningún debate constructivo para el país. Ese no es el camino para avanzar en la vía correcta.
Puede que muchos de estos temas pasen por un asunto de estrategia y cálculo político, en eso no hay que ser ingenuos, pero estamos en un momento crucial donde deberíamos dejar de lado la politiquería.
Las alianzas no son algo nuevo, menos para estas fechas, pero la apertura al diálogo debería venir de todas las partes. Solo así se podrá lograr el cambio que tanto exigen los costarricenses.
Como dijo Mahatma Gandhi: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”, esa definitivamente no es la forma. Entendemos la frustración de no poder hacer las cosas más rápido, pero si hay algo que cambiar, recurramos a la vía legal.
Tiene que haber un acercamiento entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, tal y como ocurrió cuando hubo diferencias con el Poder Judicial.
Hay decisiones que no pueden esconderse detrás del color político ni tampoco creemos en ser permisivos. Las decisiones deben ser justas y apegadas a lo que dicta la normativa.
Si hay un exceso de control y de burocracia, creemos que tiene que revisarse, porque será una piedra no solo para esta, si no para cualquier Administración venidera.
El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto por llevar a un grupo hacia un objetivo. Respetemos la institucionalidad y pongamos las barbas en remojo para ver si cada quien está haciendo el trabajo que le fue encomendado.
¿Qué se logrará con decir que fue el período en el que menos proyectos de Ley se aprobaron? Y podemos señalar a otros para decir “la culpa no es mía”, pero quedará en la conciencia de cada uno el haber hecho algo por hacer cosas distintas.