“Burlado, con el autoestima por el suelo y hasta frustrado es como me siento desde hace tres años, luego de que agentes judiciales irrumpieron violentamente mi casa, ubicada en León XIII, Tibás, buscando a un supuesto delincuente que en efecto no era yo, ni mucho menos se ocultaba en mi hogar”.
“Burlado, con el autoestima por el suelo y hasta frustrado es como me siento desde hace tres años, luego de que agentes judiciales irrumpieron violentamente mi casa, ubicada en León XIII, Tibás, buscando a un supuesto delincuente que en efecto no era yo, ni mucho menos se ocultaba en mi hogar”.
Estas fueron las palabras de John Cristopher Núñez, de 25 años, quien asegura que a partir del 5 de mayo de 2010 su vida y la de su madre dieron un giro de 180 grados, luego de que el OIJ les destruyó parte de su vivienda y les causó traumas que no les han permitido desenvolverse en sus ámbitos personal y profesional.
“Comprendo que la labor de ellos es detener criminales, pero me siento burlado, pues el OIJ me allanó por error y aparte me roba un celular que en ese tiempo había comprado con todo mi esfuerzo con apenas 22 años.
Desde entonces los policías me infundieron miedo y hasta desconfianza, no he dejado de recibir tratamientos psiquiátricos por el estrés postraumático, mi expediente lo consta”, declaró.
Asegura que el caso se mantiene en la Fiscalía Adjunta del Segundo Circuito Judicial y en el Tribunal Contencioso, donde no le han resuelto por lo daños morales y materiales que le causaron.